El mercado boliviano está abarrotado de productos chinos. En este primer cuatrimestre, ingresaron por la vía legal algo más de 31 mil tipos diferentes de artículos fabricados en el país asiático. Los productores nacionales dicen que esa importación ocasiona el cierre mensual de al menos una veintena de talleres de ropa y zapatos.
De acuerdo con un reporte de la Aduana Nacional de Bolivia (ANB) los ítems varían desde condimentos como el ajo en polvo, ropa, zapatos, electrodomésticos, hasta partes de vehículos de último modelo. Se conoció que la cifra era superior al mismo periodo un año antes, pero por la inmensa cantidad de ítems no se pudo corroborar.
El Ministerio de Producción y Microempresa anticipó que diseñaba una estrategia para evitar que la producción china impacte en la industria nacional. Sin embargo, tras dos días seguidos de constante solicitud, no proporcionaron información.
El líder del Comité de Defensa de la Producción Nacional (Codeina), Porfirio Quispe, explicó que el ingreso de estos artículos causa al mes, sólo en Santa Cruz, el cierre de al menos 12 microempresas de confección de ropa y zapatos. En el resto del país la situación es similar, aunque en el caso de la ciudad de El Alto los efectos aún son evaluados por esa organización.
En un recorrido que La Prensa realizó por los principales centros de abasto de la ciudad, entre ellos la avenida Tumusla, Pasaje Ortega, avenida Buenos Aires, calle Garcilazo de la Vega, Tablada, Huyustus, encontró desde horquillas (sujetadores de cabello), lápices labiales, cortauñas, zapatos, pantuflas, medias, chompas y carteras muy cotizadas entre las jóvenes y señoras. A diferencia de la producción nacional, los modelos chinos se caracterizan por utilizar, en el caso de la bisutería femenina, adornos con formas de mariposas o corazones, gemas, cadenas gruesas y delgadas, y los zapatos destacan porque son livianos.
María Gonzales G. (28) contó que compra muchos productos asiáticos debido a que son más baratos. Un calzado nacional, tipo mocasín de cuero, cuesta 70 bolivianos en el Pasaje Ortega; en cambio, unos pasos más allá, en cualquiera de los puestos de la avenida Buenos Aires, uno similar se cotiza en 35 bolivianos.
Este diario verificó en un solo puesto las siguientes marcas JHN, Hitex, Hols, Súper, L&S, Kevin, Mazze, Sport Shoes y Sunter.
En otros rubros la diferencia de costos es más amplia. Por ejemplo, la docena de un candado marca Lion cuesta 50 bolivianos, mientras que la línea Tigon, de Korea se cotiza en 140 porque está mejor hecho, se ve más resistente y seguro. Según los vendedores hay productos chinos de primera, segunda y tercera. Y muchos de los de primera, que son de otros sitios como Taiwán, se hacen llamar chinos para pagar menos aranceles, porque son más baratos que los otros. En la Aduana señalaron que el gravamen de internación es menor cuando se trata de los productos asiáticos. No precisaron en cuánto.
Fuentes de la entidad aseguraron que muchos productos subvaloran sus costos con el fin de pagar menos al Estado, a eso se llama contrabando documental. Esa modalidad se aplica cuando, por ejemplo, ingresa un televisor japonés, pero aparece como chino. Quispe pidió a la Aduana más control, porque hasta la fecha sólo realizó un operativo en agosto de 2007, cuando decomisó textiles chinos (jeans, blusas, minifaldas) y calzados de dama valorados en 25 mil bolivianos.
El gerente del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gary Rodríguez, sugirió al Gobierno fijar cupos a las importaciones, elevar aranceles, fijar políticas antidumping para evitar que el precio de productos chinos sea más barato que ese en país.
Lo que ingresan
Carne de cerdo
Bocadillos de frutas
Muestras de saladitos
Muestras de pescados
Leche evaporada marca Bella Holandesa, 2400 unidades
Leche con maní
Puntas de espárragos
Ajo en polvo
Coco
Pasas de frutas
Té verde
Algas reales
Aceite de maní
Castor Oil
Muestras de conserva de anchoas
Chicles, dulces, masticables
Gomas de mascar
Chocolates
Fideo cabello de ángel
Fuente: Aduana
El Ejecutivo anticipó que controlará el comercio de productos asiáticos.
Se conoció que se aplicarán medidas restricctivas para evitar efectos en la industria.
Los confeccionistas nacionales aseguran que se cerraron talleres por daños a su rubro.
De acuerdo con un reporte de la Aduana Nacional de Bolivia (ANB) los ítems varían desde condimentos como el ajo en polvo, ropa, zapatos, electrodomésticos, hasta partes de vehículos de último modelo. Se conoció que la cifra era superior al mismo periodo un año antes, pero por la inmensa cantidad de ítems no se pudo corroborar.
El Ministerio de Producción y Microempresa anticipó que diseñaba una estrategia para evitar que la producción china impacte en la industria nacional. Sin embargo, tras dos días seguidos de constante solicitud, no proporcionaron información.
El líder del Comité de Defensa de la Producción Nacional (Codeina), Porfirio Quispe, explicó que el ingreso de estos artículos causa al mes, sólo en Santa Cruz, el cierre de al menos 12 microempresas de confección de ropa y zapatos. En el resto del país la situación es similar, aunque en el caso de la ciudad de El Alto los efectos aún son evaluados por esa organización.
En un recorrido que La Prensa realizó por los principales centros de abasto de la ciudad, entre ellos la avenida Tumusla, Pasaje Ortega, avenida Buenos Aires, calle Garcilazo de la Vega, Tablada, Huyustus, encontró desde horquillas (sujetadores de cabello), lápices labiales, cortauñas, zapatos, pantuflas, medias, chompas y carteras muy cotizadas entre las jóvenes y señoras. A diferencia de la producción nacional, los modelos chinos se caracterizan por utilizar, en el caso de la bisutería femenina, adornos con formas de mariposas o corazones, gemas, cadenas gruesas y delgadas, y los zapatos destacan porque son livianos.
María Gonzales G. (28) contó que compra muchos productos asiáticos debido a que son más baratos. Un calzado nacional, tipo mocasín de cuero, cuesta 70 bolivianos en el Pasaje Ortega; en cambio, unos pasos más allá, en cualquiera de los puestos de la avenida Buenos Aires, uno similar se cotiza en 35 bolivianos.
Este diario verificó en un solo puesto las siguientes marcas JHN, Hitex, Hols, Súper, L&S, Kevin, Mazze, Sport Shoes y Sunter.
En otros rubros la diferencia de costos es más amplia. Por ejemplo, la docena de un candado marca Lion cuesta 50 bolivianos, mientras que la línea Tigon, de Korea se cotiza en 140 porque está mejor hecho, se ve más resistente y seguro. Según los vendedores hay productos chinos de primera, segunda y tercera. Y muchos de los de primera, que son de otros sitios como Taiwán, se hacen llamar chinos para pagar menos aranceles, porque son más baratos que los otros. En la Aduana señalaron que el gravamen de internación es menor cuando se trata de los productos asiáticos. No precisaron en cuánto.
Fuentes de la entidad aseguraron que muchos productos subvaloran sus costos con el fin de pagar menos al Estado, a eso se llama contrabando documental. Esa modalidad se aplica cuando, por ejemplo, ingresa un televisor japonés, pero aparece como chino. Quispe pidió a la Aduana más control, porque hasta la fecha sólo realizó un operativo en agosto de 2007, cuando decomisó textiles chinos (jeans, blusas, minifaldas) y calzados de dama valorados en 25 mil bolivianos.
El gerente del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gary Rodríguez, sugirió al Gobierno fijar cupos a las importaciones, elevar aranceles, fijar políticas antidumping para evitar que el precio de productos chinos sea más barato que ese en país.
Lo que ingresan
Carne de cerdo
Bocadillos de frutas
Muestras de saladitos
Muestras de pescados
Leche evaporada marca Bella Holandesa, 2400 unidades
Leche con maní
Puntas de espárragos
Ajo en polvo
Coco
Pasas de frutas
Té verde
Algas reales
Aceite de maní
Castor Oil
Muestras de conserva de anchoas
Chicles, dulces, masticables
Gomas de mascar
Chocolates
Fideo cabello de ángel
Fuente: Aduana
El Ejecutivo anticipó que controlará el comercio de productos asiáticos.
Se conoció que se aplicarán medidas restricctivas para evitar efectos en la industria.
Los confeccionistas nacionales aseguran que se cerraron talleres por daños a su rubro.
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