La asociatividad y la formalización son el mejor camino para tener éxito al exportar. Así lo han comprendido siete asociaciones de productores de confeccionistas que decidieron juntarse para emprender un complejo productivo textil que exportará polos y poleras a Argentina, Chile y Venezuela.
Mario Tarqui, representante del complejo, indica que la iniciativa surgió con el antecedente de las malas experiencias que han tenido las micro y pequeñas empresas (mypes) en El Alto y La Paz al tratar de exportar por sí solas.
Según el proyecto, para tener la capacidad instalada suficiente, la calidad requerida para exportar y la estandarización de productos, los emprendedores vieron que era necesario convertir sus microempresas en módulos de producción y unirlos en un complejo.
Tarqui precisa que lo primero que hicieron fue buscar mercados para su producción. Hoy cuentan con preacuerdos con marcas en Argentina, Chile y Venezuela, entre ellas Martina de Trento, CD Way, Old Bridge y Fila Latinoamérica.
Luego se elaboró el proyecto para solicitar un crédito asociativo al Banco de Desarrollo Productivo (BDP) para seis de las siete asociaciones que, además, están en pleno proceso para convertirse en empresas legalmente establecidas.
Mario Tarqui indica que la solicitud ya fue aprobada y cada módulo recibirá medio millón de dólares para maquinaria, capital de operación, compra de un terreno y para la construcción y equipamiento del complejo textil.
En los primeros ocho meses, se apunta a confeccionar 313.470 prendas mensuales y se generará 596 puestos de empleo. Se proyecta que en dos años, el complejo pueda producir casi un millón de prendas por mes y se hayan creado 1.750 fuentes de trabajo.
La formalización es parte del proyecto, puesto que los trabajadores gozarán de todos los beneficios y el complejo tributará.
Mario Tarqui, representante del complejo, indica que la iniciativa surgió con el antecedente de las malas experiencias que han tenido las micro y pequeñas empresas (mypes) en El Alto y La Paz al tratar de exportar por sí solas.
Según el proyecto, para tener la capacidad instalada suficiente, la calidad requerida para exportar y la estandarización de productos, los emprendedores vieron que era necesario convertir sus microempresas en módulos de producción y unirlos en un complejo.
Tarqui precisa que lo primero que hicieron fue buscar mercados para su producción. Hoy cuentan con preacuerdos con marcas en Argentina, Chile y Venezuela, entre ellas Martina de Trento, CD Way, Old Bridge y Fila Latinoamérica.
Luego se elaboró el proyecto para solicitar un crédito asociativo al Banco de Desarrollo Productivo (BDP) para seis de las siete asociaciones que, además, están en pleno proceso para convertirse en empresas legalmente establecidas.
Mario Tarqui indica que la solicitud ya fue aprobada y cada módulo recibirá medio millón de dólares para maquinaria, capital de operación, compra de un terreno y para la construcción y equipamiento del complejo textil.
En los primeros ocho meses, se apunta a confeccionar 313.470 prendas mensuales y se generará 596 puestos de empleo. Se proyecta que en dos años, el complejo pueda producir casi un millón de prendas por mes y se hayan creado 1.750 fuentes de trabajo.
La formalización es parte del proyecto, puesto que los trabajadores gozarán de todos los beneficios y el complejo tributará.
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