domingo, 17 de febrero de 2008

Las industrias se preparan para otro año de restricciones de gas natural


“Es dramático pensar que en Bolivia haya tanto gas y no podamos usar más dentro del país ni tampoco podamos venderlo a otras industrias”, lamenta Armando Gumucio, gerente general de la Sociedad Boliviana de Cemento (Soboce). La opinión del empresario es compartida por otros industriales, principalmente del occidente del país, que se preparan para afrontar otro año de restricciones en la provisión de gas natural.

En los últimos tres años, los departamentos de La Paz, Cochabamba y Oruro se han visto afectados por racionamientos de gas. Esta situación ha impactado negativamente en la producción de las industrias asentadas en estas regiones, puesto que cuando falta el combustible, son el primer sector al que se le restringe la provisión de gas natural.

Este consumo no eléctrico representa el 40% del total nacional y el otro 60% (la mayoría) corresponde al uso del gas natural para la generación de termoelectricidad.

El período seco, que va de mayo a octubre, es el más complicado del año, puesto que, como no hay lluvias, se requiere más gas para generar energía. A ello, se suma la poca capacidad de transporte del Gasoducto al Altiplano (GAA), que es el distribuidor de los tres departamentos. Ambos factores derivan en los racionamientos.

Jorge Luis Ríos, asesor en temas energéticos de la Cámara Nacional de Industrias (CNI), precisa que la actividad productiva absorbe el 61% del consumo interno no eléctrico del combustible. En segundo lugar está el uso de gas natural vehicular (GNV), que llega al 35%. Y el resto se reparte entre el uso comercial y doméstico.

Para este año, las proyecciones de aumento del consumo interno son moderadas. Ríos indica que el uso industrial del gas registrará una baja tasa de crecimiento, puesto que la provisión estará restringida nuevamente. “Estamos previendo que el mercado del gas natural va a crecer alrededor del 8%. Siendo menos conservadores, diríamos que puede estar entre el 9 y 10%”, agrega el experto.

Sin embargo, ese 8% —dice Ríos— complica el equilibrio entre la oferta y la demanda de gas natural. “El GAA tiene una capacidad de 78 millones de pies cúbicos por día (MMpcd). El 8% hace que en los meses del período seco, donde el consumo de termoelectricidad es máximo, el consumo supera los 89 MMpcd. Claramente estamos por encima del promedio que podría transportar el gasoducto”.

Como la conclusión de la ampliación del ducto está prevista para fin de año, las industrias tendrán que lidiar nuevamente con los programas de racionamiento para el período seco.

Ante esta situación, el Comité Interinstitucional para el Suministro de Gas Natural —donde participan representantes del Gobierno, de la estatal petrolera, del ente regulador y de las empresas— ha comenzado a diseñar el plan para administrar el déficit de gas que habrá este año.

Jorge Luis Ríos señala que una de las acciones que se ha planteado es que las grandes industrias puedan reprogramar el mantenimiento de sus plantas para que el mismo coincida con el período seco. Esto —manifiesta— con el objetivo de reducir la presión de la demanda de gas.

A decir de Armando Gumucio, es necesaria una solución estructural. De lo contrario, el crecimiento económico no podrá ser aprovechado por las industrias.

Tanto Gumucio como Ríos explican que la ampliación del GAA es apenas una parte de la solución, puesto que de nada servirá contar con más capacidad en el ducto si éste no tiene gas para transportar.

Así, la respuesta integral al déficit será la entrega del Gasoducto Carrasco-Cochabamba (GCC), que debería realizarse en diciembre.

El gerente de Soboce resalta que será importante que el Gobierno apoye la labor del comité al hacer cumplir las resoluciones que esta entidad interinstitucional emita.

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