La Cervecería Boliviana Nacional inauguró ayer cuatro plantas de tratamiento de efluentes como parte de su compromiso de Responsabilidad Social.
El nuevo sistema costó 14,8 millones de dólares, consta de un tanque sedimentador y lagunas de estabilización, las que servirán para que la empresa libere los efluentes naturales que genera al cauce del río Piraí sin comprometer al entorno.
"Además de trabajar para conservar la biodiversidad de la región también estamos logrando una producción más limpia en el manejo de los residuos líquidos", dijo el gerente de la empresa en la capital, Andrés Sanz. La disminución de carga orgánica y la evaluación de impactos ambientales permitirán evitar derrames de sustancias químicas y la reducción de aguas residuales.
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