Durante los últimos cinco años la producción de textiles nacionales cayó entre un 30 a 40 por ciento, debido a la importación y comercialización de prendería de ropa usada y a la negativa a una reconversión, afirmó el Gerente de la Cámara de Industrias, José Peñaranda.
La caída de la producción textilera como consecuencia directa afectó, alrededor de unos 50 mil empleos directos e indirectos.
“Por lo que nuestra posición es clara, a partir del 1 de abril el gobierno no debería permitir la venta de prendería usada, correspondía dar una norma a la aduana e impedir que continúe la comercialización, porque es ilegal”, señaló.
Asimismo, mencionó que a pesar de que han habido varios decretos por los cuales se prohíbe la importación y comercialización de ropa usada, continúa siendo vendida principalmente en los mercados orureños”.
El departamento de Oruro se ha constituido en el mayor proveedor de la prendería usada, que sale a los mercados nacionales, lo que hace que tengamos una serie de problemas de tipo productivo, provocando una fuerte disminución de la producción nacional.
Peñaranda afirmó que Bolivia como país monoproductor necesita una inversión en sectores productivos que generen valor agregado, ya que en el transcurso de 5 años en el departamento de Oruro, se cerraron 20 empresas dedicadas a la producción textil y a nivel nacional más de 500 empresas entre pequeñas y medianas empresas
Por otro lado, manifestó que el tema de reconversión pasa por el proceso de la reactivación del sector industrial manufacturero y para tener un proceso de reconversión, se necesita inversión primero, en capacitación, infraestructura productiva y la búsqueda de mercados, porque que el mercado boliviano es pequeño, ya que tiene 9 millones de habitantes, quienes no podrán consumir toda la producción de los 100 ó 200 mil reconvertidos sectorialmente. “Los últimos decretos que ha promulgado el Gobierno, respecto a la prohibición de importación y comercialización de prendería usada, deberían aplicarse en toda su magnitud y de esa manera evitar que se acrecienten los problemas de tipo productivo”, señaló.
La caída de la producción textilera como consecuencia directa afectó, alrededor de unos 50 mil empleos directos e indirectos.
“Por lo que nuestra posición es clara, a partir del 1 de abril el gobierno no debería permitir la venta de prendería usada, correspondía dar una norma a la aduana e impedir que continúe la comercialización, porque es ilegal”, señaló.
Asimismo, mencionó que a pesar de que han habido varios decretos por los cuales se prohíbe la importación y comercialización de ropa usada, continúa siendo vendida principalmente en los mercados orureños”.
El departamento de Oruro se ha constituido en el mayor proveedor de la prendería usada, que sale a los mercados nacionales, lo que hace que tengamos una serie de problemas de tipo productivo, provocando una fuerte disminución de la producción nacional.
Peñaranda afirmó que Bolivia como país monoproductor necesita una inversión en sectores productivos que generen valor agregado, ya que en el transcurso de 5 años en el departamento de Oruro, se cerraron 20 empresas dedicadas a la producción textil y a nivel nacional más de 500 empresas entre pequeñas y medianas empresas
Por otro lado, manifestó que el tema de reconversión pasa por el proceso de la reactivación del sector industrial manufacturero y para tener un proceso de reconversión, se necesita inversión primero, en capacitación, infraestructura productiva y la búsqueda de mercados, porque que el mercado boliviano es pequeño, ya que tiene 9 millones de habitantes, quienes no podrán consumir toda la producción de los 100 ó 200 mil reconvertidos sectorialmente. “Los últimos decretos que ha promulgado el Gobierno, respecto a la prohibición de importación y comercialización de prendería usada, deberían aplicarse en toda su magnitud y de esa manera evitar que se acrecienten los problemas de tipo productivo”, señaló.
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