La industrialización de las materias primas es una tarea pendiente que el actual Gobierno debe acelerar en los próximos años para consolidar el crecimiento de la economía y lograr mayores ingresos para el Estado boliviano.
Como principales sectores a industrializar están los hidrocarburos y la minería. En el primer caso, la petrolera estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) inició, previa a la industrialización del gas natural, con la construcción de dos plantas separadoras de líquidos.
La primera fue inaugurada en 2014 en Río Grande, Santa Cruz. De esta planta se obtienen licuables (GLP a base del propano y butano y gasolina natural).
No obstante, con la puesta en marcha de la segunda Planta Separadora de Líquidos Gran Chaco Carlos Villegas, la tercera más grande de su tipo en Sudamérica, el Estado boliviano dio el primer paso para industrializar el gas natural y convertir el sueño de todos los bolivianos en una realidad.
En este complejo, además de los licuables (que apenas representan el 2% del gas natural boliviano), se separará el etano para las plantas de propileno-polipropileno y de etileno-polietileno.
Los nuevos complejos de producción de plásticos producirán 600.000 toneladas métricas anuales (TMA) de polietileno y otras 200.000 TMA de propileno, a partir del procesamiento de las materias primas como el etano y el propano a ser obtenidas de la Planta Separadora de Líquidos Gran Chaco “Carlos Villegas”.
Estas plantas, sin embargo, entrarán recién en operación en 2018.
La planta que sí entrará en operación este año y dará inicio a la industrialización del gas natural es el complejo petroquímico de Bulo Bulo donde se producirá urea y amoniaco. La planta producirá 756.000 toneladas métricas anuales (TMA) de fertilizantes. El 20% de su producción será para el mercado interno y el 80% para el externo, de acuerdo con las proyecciones de YPFB. Los fertilizantes que se produzcan en la planta serán comercializados en el exterior por una empresa extranjera que YPFB contratará. En Bolivia será la petrolera estatal la que se encargue de esta tarea.
La industria del litio también avanza con la instalación de tres plantas piloto en el salar de Uyuni. La primera produce sales de potasio, la segunda carbonato de litio y la tercera baterías de ión litio. Hasta 2018 se prevé la construcción de las plantas industriales.
También se tiene proyectada la construcción de dos plantas refinadoras de zinc en los departamentos de Oruro y Potosí.
En todos los casos el objetivo es darle valor agregado a los hidrocarburos y los minerales.
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