La tendencia preocupa al sector forestal. Debido a diversos factores, la Cámara Forestal de Bolivia (CFB) presume que este año la balanza comercial de productos de madera será negativa. Esto quiere decir que por primera vez en la historia Bolivia importará más productos de madera de los que exporta y para un país con superabundancia de bosques y capacidad de sobra para abastecer el mercado nacional y generar excedentes para la exportación, este hecho está causando un grave problema.
“La industria maderera está en una profunda crisis, que se explica por la falta de mejores niveles de producción, por la caída de las exportaciones y el surgimiento de las importaciones”, explicó Jorge Ernesto Ávila, gerente general de la CFB. “Tenemos información sobre el cierre de unas 500 carpinterías en El Alto hasta agosto y muchas empresas grandes están a punto de despedir personal”, agregó el ejecutivo maderero.
Hay problemas
Ávila considera que los mecanismos de fiscalización y control del Estado incrementaron la burocracia en su afán de estrangular la producción informal, lo que terminó perjudicando al sector. A esto se sumó la caída de las exportaciones a los mercados de EEUU y Europa y la introducción al país de muebles brasileños, chilenos, uruguayos y hasta chinos y españoles, de menor calidad pero de muy bajos precios.
“En 2012 cerramos la balanza con apenas 10 millones de dólares de diferencia, es decir que exportamos $us 70 millones e importamos $us 60 millones. Este año la situación está peor, en los datos que manejamos estamos prácticamente en la línea: $us 47 millones de exportación y $us 46 millones de importaciones”, señaló Ávila.
El director nacional de la Autoridad de Bosques y Tierras (ABT), Clíver Rocha, indicó que para superar esta situación la institución que dirige implementó un sistema de agilización de trámites, lo que, por ejemplo, redujo la aprobación de planes de manejo forestal de medio año a solo 30 días.
Rocha también mencionó que el Gobierno está trabajando en la apertura de mercados, pero los productores deben mejorar sus condiciones de competitividad y cumplir los requisitos que exigen en los mercados internacionales
PARA SABER:
Bolivia tiene alrededor de 53 millones de hectáreas de bosques, que representan el 48% de la superficie del país. Un informe de la Fundación Milenio de este año establece que el potencial de exportación de productos forestales bolivianos, a mediano plazo, es de 400 millones de dólares anuales.
— Derechos forestales—
Quedan 30 concesiones
Otra muestra de la crisis que golpea al sector forestal está en el hecho de que de los 5,8 millones de hectáreas que se distribuyeron en 89 derechos de concesión desde 1997, hasta estas alturas del año se redujo a 2 millones de hectáreas y 30 derechos forestales, es decir una disminución de dos tercios.
De los derechos de concesión, una gran mayoría (alrededor del 80%, según datos que maneja la CFB) se perdió por invasiones u ocupaciones de hecho (los denominados avasallamientos) en los que el Estado no hizo nada por hacer respetar los derechos forestales adquiridos. El resto se perdió por falta de pago de patentes o por incumplimiento a los contratos de concesión.
Además, la explotación ilegal de madera es un mal endémico del país y genera al sector formal una competencia muy grande. Pese a ello, la Cámara Forestal de Bolivia reconoce que en los últimos cuatro años el Gobierno logró controlar el aprovechamiento ilegal en zonas como Guarayos y la Chiquitania, pero no en Choré, en Chapare ni en Ixiamas, por citar algunos ejemplos.
En contrapartida, desde la dirección nacional de la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Bosques y Tierras (ABT) se informa de que pese a que se desburocratizaron los trámites para facilitar que una mayor superficie se incorpore al manejo forestal actualmente no hay procesos pendientes porque no hay interesados, aparentemente. “No hay nuevos planes de manejo forestal porque no hay concesiones nuevas”, dijo el director Clíver Rocha
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