Pero las importaciones tuvieron un mayor crecimiento en el mismo período, acumulando un valor de 41.352 millones de dólares, dando como resultado un déficit comercial que supera los 26.000 millones de dólares.
El reporte del IBCE, elaborado en base a datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), señala que el saldo comercial de las industrias manufactureras, hasta el mes de septiembre de 2013, continuó siendo comercialmente deficitario, alcanzando los 4.392 millones de dólares de saldo negativo, debido a que las importaciones en este sector triplicaron al valor de las ventas externas.
Según las cifras de avance a 2013, las exportaciones bolivianas de las industrias manufactureras tuvieron 76 países de destino, entre los que se destacan Estados Unidos como el principal comprador, con 37 por ciento del total; seguido por Colombia, con 22 por ciento y Perú con 11 por ciento.
En cuanto a las importaciones, al tercer trimestre del 2013, Bolivia compró productos manufacturados desde 173 países. Se reconoce como los principales países de origen a Brasil, con 17 por ciento de lo que adquirió Bolivia; seguido por China, con 13 por ciento, y Estados Unidos con 13 por ciento.
De los 766 productos exportados por las industrias manufactureras del país, destaca la torta de soya, que representó el 21 por ciento del total de las ventas; seguida por las formas en bruto de oro, con 11 por ciento, y el estaño sin alear, con 11 por ciento.
En cuanto a las importaciones, Bolivia compró 5.296 productos manufacturados al mes de septiembre. Se destacaron las compras de diésel, representando el 10 por ciento del total; seguidas por las de intercambiadores de calor, con 3 por ciento, y gasolinas sin tetraetilio de plomo, con 2 por ciento.
El presidente de la Cámara Departamental de Industrias (CDI), Federico Diez de Medina, destacó que la ineficiencia en el control del contrabando “es una verdadera lacra” para el sector pues el mercado está “inundado” de productos de países que tienen un tipo de cambio paralelo del dólar (como Argentina) que perjudican sobre todo a la industria alimenticia, ya que se venden en la tercera parte del precio de los productos nacionales. También quitan la posibilidad de incrementar la mano de obra.
Señaló que la falta de una ley de inversiones que estimule y fomente la producción nacional es otra de las causas de la poca fortaleza del sector, que además es el más “acosado” por la presión fiscal y frenado por la excesiva burocracia.
Por su parte, el presidente de la Cámara de Exportadores de Cochabamba (Cadexco), Juan Pablo Demeure, coincidió con Diez de Medina en que la apreciación del boliviano supone pérdida de competitividad a la hora de exportar. Dijo también que las empresas exportadoras son las más formales del país por las exigencias del rubro; pero las instituciones estatales parecen querer “castigar” la formalidad con presión impositiva y burocrática. Por el contrario, hay excesiva tolerancia con la informalidad.
Añadió que su sector espera concluir pronto un estudio para la simplificación de trámites, cuya elaboración fue acordada con la ministra de Desarrollo Productivo, Teresa Morales.
Se prestan menos
A septiembre pasado, la participación del sector industrial manufacturero en la cartera de créditos bancarios descendió de 20,1 a 18,7 por ciento en relación al mismo periodo de 2012, según datos de la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI).
A septiembre de 2013, la cartera de créditos al sector industrial creció en 12,8 por ciento, porcentaje inferior al crecimiento de la cartera total de créditos que subió en 21,6 por ciento.
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