En Cochabamba se comercializan al menos 23 marcas de sal, de las cuales 15 incumplen las normas de yodación.
Los compradores prefieren estas marcas, pese a que ponen en riesgo su salud, porque su precio es menor y son fáciles de adquirir. Esto se ve principalmente en las provincias y lugares alejados donde llegan camiones con el producto para la venta de “puerta a puerta”. El precio de la bolsa de sal de un kilo es de un boliviano.
En el mercado La Pampa y Calatayud, los compradores también se van al precio. Ni siquiera ven la marca del producto que van a adquirir. En las mesas de exposición están El Salerito, Amadito y Blanca Nieves. Los dos primeros tienen bolsas blancas y la última roja. Los precios oscilan entre uno y dos bolivianos.
Los vendedores ofrecen primero la más cara, es decir, El Salerito que cuesta dos bolivianos y cuando el comprador se aleja lo atraen con el otro precio que es de un boliviano. En un recorrido por estos mercados se evidenció que sólo verifican que la bolsa sea de un kilo. La marca no es importante.
El Salerito pertenece a la industria Pisabol de Cochabamba. Amadito y Blanca Nieves son procedentes de Oruro.
La venta por mayor de Blanca Nieves y Amadito está concentrada en la avenida 6 de Agosto, donde el paquete de sal fina con 40 bolsas de un kilo tiene un costo de 36 bolivianos. La “otra” sal, como explicó el vendedor, cuesta 15 bolivianos el paquete con 40 bolsas de 600 gramos.
“Es para vender a un boliviano o uno cincuenta la sal fina y 50 centavos la otra”, dijo.
En el lugar, cerca de la avenida República, existen dos puestos de distribuidores mayoristas que reciben el producto directamente desde Oruro en camiones.
Consultando sobre el destino de los paquetes, uno de ellos dijo que la mayoría se lleva a las provincias para la venta al por menor.
En algunos mercados de Quillacollo también se detectó la venta de “Que Saladita” procedente de Oruro y cuyo precio también es de un boliviano.
Pero también se pueden encontrar otras marcas de industrias chilenas y americanas. El costo de la sal Lobos de Chile es entre 6 y 7 bolivianos el cuarto kilo. La sal Morton de Estados Unidos cuesta entre 12 y 15 bolivianos el medio kilo. Se encuentra principalmente en los supermercados de la ciudad.
PROHIBIDAS Pruebas de laboratorio que se realizaron en mayo a 23 diferentes marcas dieron como resultado que sólo 8 cumplen las normas de yodación. El contenido de yodo en cada kilo de sal debe ser entre 40 y 80 miligramos.
Estas ocho marcas tienen la cantidad suficiente de yodo para contrarrestar algunas enfermedades como el bocio, que es el aumento de tamaño de la glándula tiroides.
La información corresponde a Luis Lafuente, responsable del Programa de Control de Alimentos Fortificados de la Unidad de Salud Ambiental, dependiente del Ministerio de Salud y Deportes.
La que tiene más yodo es Universo con 55.26 miligramos y la que tiene menos es La Patrona con 9.85 miligramos.
En el caso de los productos de importación cumplen con las normas nacionales.
Según Lafuente, la mayor preocupación está en la distribución del producto en las provincias más alejadas sin ningún control, lo que pone en riesgo la salud de la población.
Ante esta situación se ha buscado coordinar operativos con la Intendencia. El objetivo era decomisar las marcas de sal prohibidas, sin embargo no hubo resultados. También se trabaja con los médicos de las comunidades y responsables de las unidades de nutrición de los municipios.
Endocrinólogos preocupados por aumento de casos de bocio
Dos endocrinólogos alertan sobre el incremento de casos de bocio en el país, debido a falta de una adecuada cantidad de yodo en la sal.
Piden nuevos estudios para determinar la incidencia de casos y tomar acciones inmediatas.
La endocrinóloga Elizabeth Duarte recordó que el yodo no está presente de forma natural en los alimentos, por lo que se recurre a la sal para tener cierta garantía. Sin embargo, pese a los controles, dijo, se ha evidenciado que de forma inescrupulosa se reduce la cantidad de este compuesto químico.
Esto ha derivado, según su experiencia, en una gran prevalencia de alteraciones moderadas en la tiroides.
“Hay una gran cantidad de pacientes con patologías de tiroides y bocio. Vienen de todas las edades”, explicó.
Advirtió también que existen algunos lugares endémicos, es decir, donde hay mayor impacto de estas patologías. Puso el caso de Quillacollo en base a estudios anteriores, aunque dijo que existen otras zonas donde la prevalencia es mayor.
“En la ciudad por el mismo acceso que tenemos es fácil el control del yodo en la sal, pero en lugares alejados es complicado”, acotó.
Ante esta situación, la especialista indicó que es necesario que la población tome conciencia del peligro de esta patología y se realice la prueba de laboratorio para verificar la cantidad de hormonas de tiroides, todo esto previa valoración médica.
“Los casos de hipotiroidismo están en aumento, pero con un tratamiento sencillo pueden superarlo”, refirió.
Duarte tiene su consultorio en la Clínica Centro Vivir con Diabetes de la avenida Simón López 375 entre J. García y Washington.
Por otro lado, el endocrinólogo Douglas Villarroel Z. coincidió con la percepción de su colega sobre la amenaza latente de esta patología en el país.
Se refirió a la declaración de la Unicef y la OMS, que considera a Bolivia como un país libre de enfermedades secundarias a la deficiencia de yodo.
“Las enfermedades están apareciendo nuevamente debido a la falta de apoyo a los programas de vigilancia y por la proliferación de sal bruta sin contenido de yodo”, advirtió en una publicación del internet.
Señaló que es muy factible volver a la época cuando aparecían los bocios gigantes y el retraso mental como problemas de salud pública.
Muestreo de mayo del contenido de yodo en la sal
Marca Cant. Yodo Procedencia
Condorito 44.28 cumple Oruro
Delicia 53.97 cumple Oruro
El Salerito 46.28 cumple CBBA
Maguita 51.36 cumple CBBA
Niño Salvador 52.89 cumple Oruro
Salsita 54.95 cumple CBBA
Universo 55.26 cumple Oruro
Urkupiña 50.20 cumple Oruro
Blanca Nieves 39.00 no cumple Oruro
Amadito 38.84 no cumple Oruro
Pura Sal 36.83 no cumple Oruro
Chilindrina 34.22 no cumple Oruro
Oro Blanco 33.20 no cumple Oruro
Gerli 22.65 no cumple Oruro
Que Saladita 21.84 no cumple Oruro
Copisal 20.56 no cumple Oruro
Prosabol 15.72 no cumple Oruro
Paulita 13.84 no cumple Oruro
Mundial 9.06 no cumple Potosí
Cristal 8.85 no cumple Oruro
Yayita 3.05 no cumple Oruro
Rosario 2.69 no cumple Potosí
La Patrona 0.85 no cumple Oruro
* La norma nacional establece que la sal de consumo humano debe contener entre 40 y 80 miligramos de yodo por kilogramo de sal.
FUENTE: Programa de Control de Alimentos Fortificados de la Unidad de Salud Ambiental del Ministerio de Salud y Deportes.
Pasorapa y Tacopaya son las zonas de mayor riesgo
Hace 50 años atrás, la incidencia del bocio era del 65 por ciento en toda la población boliviana, era una endemia bociosa.
Desde entonces, se creó en Bolivia el Programa Nacional de Lucha Contra el Bocio y los laboratorios para el control del yodo en la sal.
Toda la sal que se vende debe obligatoriamente tener la cantidad necesaria que requiere la glándula tiroidea.
Con esos controles lo que estamos haciendo es rebajar el índice de incidencia del bocio que, según los últimos estudios, está entre el 4 y 5 por ciento .
Consideramos que se ha mantenido esos porcentajes, pero requerimos actualizar la información porque es preocupante la cantidad de marcas de sal que tienen poco yodo y la mayoría llegan de Oruro y Potosí en camiones hacia las provincias alejadas. Es por eso que la gente del campo tiene mayor riesgo de contraer bocio.
La sal es un producto de consumo masivo, menos para las personas que están mal del corazón.
Hemos detectado que los pobladores de Pasorapa y Tacopaya tienen mayor riesgo de contraer bocio. La sal que consumían no tenía la cantidad suficiente de yodo.
Nos basamos en un estudio del Ministerio de Salud de 2006 para identificar las poblaciones donde existía el riesgo de rebrote de bocio, el consumo de sal yodada y la alimentación y sobre la leche materna.
Recibimos los resultados sobre el consumo de sal y se detectó que las que están en riesgo son Pasorapa y Tacopaya.
Averiguando, supimos que a ambos municipios llega la sal directamente de Potosí con cero de yodo. Asimismo, recepcionan el producto de Sucre.
Al mismo tiempo, confirmamos que en ambas poblaciones también se consume la sal granulada, que tampoco tiene yodo y llega como materia prima.