En este proyecto participa el Ministerio de Defensa a través del Batallón Productivo, ubicado en la zona sur de la ciudad, en la región de Albarrancho. El emprendimiento cuenta con el respaldo de la Cooperación Suiza que brinda el financiamiento para la construcción de las fábricas de compost y biogás. La Alcaldía se hará cargo del enmallado del lugar, las calles y otras vías de acceso a la zona.
La Empresa Municipal de Servicios de Aseo (EMSA) entregará 90 toneladas de material orgánico por día y la Universidad Mayor de San Simón (UMSS) brindará cooperación tecnológica y capacitará a los técnicos. El Instituto Nacional de Innovación Agrícola y Forestal conectará a la fábrica con los agricultores que necesiten el compost y el biogás.
A cambio de entregar espacio para la instalación de estas fábricas, las Fuerzas Armadas recibirá capacitación para sus soldados, a quienes enseñarán la producción de compost, que es muy utilizado en el área rural, que precisamente es de donde proviene la mayoría de los efectivos que cumplen el servicio militar en este batallón.
El proceso de construcción de esta fábrica debía concretarse en la gestión 2011, pero se retrasó porque en una primera instancia se intentó lograr la entrega de este espacio, de propiedad de las Fuerzas Armadas en comodato, lo que fue prácticamente imposible, por la cantidad de requerimientos que se exigían para concretar esta solicitud.
Tras una serie de intentos fracasados, cambiaron la figura legal para que la entidad castrense sea un aliado estratégico y de este modo se les permita instalar la fábrica en estos predios. Tras la autorización en la institución castrence, se tuvo que promover la aprobación de una ordenanza en el Concejo Municipal.
Basura de las caseritas
El proyecto será financiado por la Fundación de Swiss Contact y el gobierno municipal”, dijo la directora de la fundación suiza en Cochabamba, Carola Ortuño, y explicó que esta nueva fábrica “tendría que ser administrada por la Empresa Municipal de Saneamiento Ambiental (EMSA), porque se trata de desechos orgánicos, que se van a valorizar al transformarse en compostaje y biogás”.
El proyecto comenzará a funcionar con los desechos orgánicos que se generen en los mercados centrales, pero se necesita que las comerciantes se acostumbren a separar los residuos en origen. Recientemente, EMSA instaló contenedores en los centros de abasto.
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