La familia Granier explica con orgullo que los valles tarijeños permiten el cultivo de uva única en su tipo. Después de Nepal, Bolivia es el segundo lugar que produce uva a mayor altura en el mundo, sobre los 1.800 metros sobre el nivel del mar.
El enólogo, experto en cata, Eric Lacoste, explicó que el clima hace que la vid tenga características especiales. En el día las temperaturas alcanzan hasta los 30 grados centígrados y en la noche el fruto descansa en alrededor de los 15 grados.
Lacoste se remonta también al árbol de molle que antiguamente era como el “tutor” de la vid que se enredaba en él y que mantenía a la uva como desinfectada por las cualidades de este árbol.
El subgerente agrícola de Casa Real, José Argumedo, explica que la planta a mayor altura está expuesta a mayor radiación ultra violeta (UV) y que en respuesta a eso la planta engrosa más su piel y eso le da mayor cuerpo, mayor contenido de antioxidantes y más color.
La uva no se reproduce por semilla sino por estacas y éstas se traen con cuidados especiales desde Francia adquiriéndolas desde hace 30 años del mismo proveedor. En Bolivia no existiría un vivero que ofrezca plantas de esa calidad.
EL VIÑEDO El Monte es la finca más grande, con 4 hectáreas de plantaciones de uva. El Bajo y La Loma son las otras fincas de la familia Granier.
Desde lejos se distinguen lotes rojos y verdes entre las plantaciones. Los rojos serán luego para la elaboración de los vinos tintos, la pigmentación se nota en las hojas. Sólo para la elaboración de vinos existe 11 variedades de uva, aunque 115 de las 165 hectáreas está destinado para el singani y se trata de la variedad Moscatel de Alejandría.
Se aplica el sistema de riego por goteo para garantizar agua en proporciones iguales para las plantas. Dicen los responsables del área que si no se aplicara así en lugar de las 165 hectárea se podría regar sólo 50, es decir, que triplican y más el riego con la administración adecuada del agua.
Se aplica la técnica local de poda y cuidado de los viñedos.
El capataz de la finca El Monte, Alfredo Herrera, es el responsable del control de los trabajadores que cuidan una a una las plantas durante su desarrollo para que cada año la cosecha sea de calidad. El capataz es celoso cuidador de las hectáreas.
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