En las bodegas existen 24 tanques de fermentación con capacidad de 150 mil y 300 mil litros. La fermentación del jugo de la uva se da en los tanques de cemento y acero que permiten transformar de manera natural el jugo en alcohol y gas carbónico. Las palabras “preservantes” y “savorizantes” ni se mencionan porque todo el proceso es natural.
Al tocar los tanques se siente temperatura cálida que es propia del proceso de fermentación que se da en su interior.
Una vez que se obtiene el vino base, tras 10 ó 12 días de fermentación, se pasa a la destilación.
“En Francia se usa la misma tecnología para el cognac”, explica el gerente de producción, Luis Pablo Granier, aclarando que luego de la destilación el proceso es diferente.
En un tiempo de entre 8 meses y un año se obtendrá el singani.
El área de destilación es considerada “el corazón de la bodega”. Una degustación en el lugar deja conocer el aroma de las uvas que se mantiene en el producto final.
De los calderos con 2.500 litros al final queda sólo el 60 por ciento o menos del líquido.
De la destilación depende la línea del producto. Un singani etiqueta negra, por ejemplo, tiene doble destilación que se logra en un proceso de aproximadamente 12 horas.
“Nos interesa mantener los aromas”, recalca Granier y agrega que su tecnología “es envidiable” y muy costosa, cada alambique cuesta más de 100 mil dólares. Por todas estas características buscan posesionar al singani como una bebida espirituosa.
MERCADO Cada año 3,4 millones de botellas de singani se elaboran en Casa Real, y es sólo para el consumo interno. No hay exportación aunque este año a pedido se enviaron 3 mil botellas a Estados Unidos. El 60 por ciento de la producción de singani se consume en La Paz. Hacen los esfuerzos para “rejuvenecer” el singani en vista de que es la gente mayor la que por lo general lo consume.
EMPLEOS Entre Casa Real y Campos de Solana existe un total de 134 empleados de los cuales 46 trabajan en los campos de cultivo. Existen enólogos y agrónomos extranjeros y la mayoría es boliviano que aplica técnicas locales en los procesos.
El 70 por ciento de la uva que se utiliza para el singani viene de los proveedores de las regiones aledañas de Santa Ana, corresponde a casi mil pequeños y grandes productores entre los que se incluye la cooperativa La Angostura.
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