En el país hay una decena de empresas chinas que está a cargo de más de una veintena de proyectos. Sin embargo, hay muchos problemas, pese a que Bolivia está entre los cuatro países con más inversiones chinas en la región. Hasta fines de 2015, China tenía 29.000 millones en América Latina. En octubre de ese año, el presidente Evo Morales anunció que el gigante asiático concederá al país un crédito de 7.000 millones de dólares para financiar proyectos de infraestructura y energía.
Según datos que se tienen de la prensa nacional, en tan solo 23 proyectos las empresas chinas se adjudicaron en Bolivia obras por más de 2.000 millones de dólares, hasta 2016, en diferentes rubros (carreteras, hidroeléctricas, hidrocarburos, ferrovías, industrias y telecomunicaciones).
La empresa china Sinohydro enfrenta muchos problemas laborales. Uno de los más notorios ha sido el reclamo de los trabajadores del proyecto carretero Ivirgarzama-Ichilo, que se inició en marzo de 2015, con denuncias de despidos injustificados, jornadas laborales de hasta 12 horas sin pagos extras, carencia de seguro de salud y de vida, entre otros.
Los obreros de la construcción de la hidroeléctrica San José-Cochabamba, a cargo de la misma empresa asiática, denunciaron vulneración de las leyes laborales bolivianas. Incluso llegaron a suspender actividades a principios de 2016.
La construcción de la carretera Trinidad-San Ignacio de Moxos, a cargo de la empresa china CWE, se inició a mediados de 2014 y las autoridades manifestaron la lentitud de las obras. Dos de los casos más extremos de incumplimiento han sido: la rescisión del contrato con la CAMC por el tramo I de la vía ferroviaria Montero-Bulo Bulo y la decisión del Gobierno de retirar a la empresa China Railway de la construcción del tramo II de la misma vía férrea.
En el caso de la empresa China CAMC Engineering y la mexicana Tecno Suelo Bolivia, encargadas de la represa de Misicuni, tuvieron muchos atrasos en la ejecución de los cuatro paquetes en los que se dividió la obra, según el cronograma que se elaboró para retomar el megaproyecto tras la resolución del contrato con el Consorcio Hidroeléctrico Misicuni, en 2013. Tuvieron problemas laborales, pero es importante resaltar que el seguimiento y supervisión de la Empresa Misicuni evitó confrontar mayores problemas técnicos y laborales.
Otro problema que se generó es la presencia masiva de trabajadores y profesionales chinos. Por ejemplo, la empresa Shenzhen Vicstar anunció la llegada de 150 técnicos de China para la ejecución de sus obras en Cochabamba.
En síntesis, hay problemas y dependencia con respecto al flujo de capital de China. Hay poca transferencia tecnológica, problemas laborales y la mayor parte de las obras se realiza en la construcción de carreteras. Un tema clave es la falta de institucionalidad en el país que ha derivado en que estas empresas chinas sean menos eficientes, principalmente en aquellos proyectos en los que la planificación y la gestión gubernamental son muy débiles.
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