El 2017 será un año de retos para el empresariado. Los privados apuestan que la presente gestión será mejor que 2016 y que cinco sectores jalarán la economía: el gas, la construcción, la minería, la agropecuaria y los establecimientos financieros. El Gobierno perfila un crecimiento del 4,8% del Producto Interno Bruto (PIB) y una inflación del 5,03%. Sin embargo, la Cepal estima un 3,8% y el FMI un 3,9%.
Las cifras revelan que la economía será levemente mejor, pero la pérdida de reservas, los déficits comercial y fiscal son temas que preocupan y pueden complicar el futuro.
Si bien el Índice Global de Actividad Económica (IGAE) hasta junio de 2016 refirió que 10 de 12 rubros tuvieron una variación positiva, los hidrocarburos y minería experimentaron una baja. El sector que más creció fue el de Servicios a la Administración Pública con un alza del 8,48% mientras que el sector de hidrocarburos y gas cayó 2,69%. Sin embargo, desde hace dos meses se observa un repunte en los precios del gas y los minerales, lo que proyecta mejores ingresos.
A ello se agrega que los productores y el propio Gobierno pronostican un crecimiento del 6% para la agropecuaria, un mejor desempeño de la construcción y los establecimientos financieros.
“Hemos visto mejoras en precios clave como el barril de petróleo y ello puede ayudar a dinamizar el sector y los ingresos. Sin embargo, es necesario redoblar los esfuerzos en exploración y certificación de reservas de gas. Estamos en la antesala de negociaciones con Brasil y hay que mostrar que tenemos producto para vender de manera sostenible por los siguientes 20 años. En minería también hay una recuperación de precios, pero es necesario facilitar la inversión. El sector agropecuario puede reaccionar si se facilita el flujo de recursos para restituir la capacidad de inversión”, afirmó el presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB), Ronald Nostas.
El líder empresarial indica que urge dinamizar la inversión privada como un pilar del modelo y así complementar los esfuerzos de la inversión pública, lo que implica coordinar mejor entre Estado y privados.
También sugiere una diver-sificación de la matriz productiva debido a que el país es aún dependiente de las materias primas.
Agenda de corto plazo
Jorge Arias Lazcano, presidente de la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo de Santa Cruz (Cainco) es un poco más optimista.
Asegura que el crecimiento en 2017 estará caracterizado por la recuperación del sector agropecuario, un leve crecimiento de la producción de hidrocarburos y un moderado crecimiento de la construcción.
En el panorama descrito, apunta que es preciso desarrollar una agenda productiva de corto plazo coordinada con el sector público que permita alcanzar niveles de crecimiento económico más elevados.
Entre los temas de urgencia que se deben abordar, Arias cita por ejemplo la perfección de los sistemas de regulación y coordinación público-privado, particularmente en lo referente a permisos de exportación; reducir la tramitología que impide que las empresas puedan ser más competitivas, y la adopción de una legislación laboral que dinamice el empleo.
Para enfrentar la tendencia al mayor déficit comercial, el ejecutivo de la Cainco señala que es fundamental promover la competitividad y reducir la brecha cambiaria que existe con otros países, así como establecer una agenda de inserción en un contexto más complejo a escala mundial.
Agrega que es importante luchar contra el contrabando que golpea a la industria nacional.
Con relación al alto déficit fiscal que registra Bolivia, Cainco plantea prudencia en el aumento del gasto corriente, revisando cada uno de los ítems que maneja el sector público para no incrementar el mismo en áreas no productivas.
En ese marco, considera que es preciso dar prioridad a los planes de inversión pública hacia los que aumenten la productividad.
“Es importante ampliar la base de contribuyentes, sumando a la formalidad a aquellos emprendimientos que se encuentran en el sector informal”, sostuvo Arias.
Exportadores inciertos
Para el titular del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Antonio Rocha, es posible salir del ‘bache’ actual impulsando las exportaciones no tradicionales para dejar de depender de los recursos extractivos y no renovables.
Sugiere liberar las exportaciones de los grandes excedentes que se genera, el uso de la biotecnología para abaratar costos e impedir más pérdidas y la negociación de buenos acuerdos comerciales.
Gas, energía y agro, pilares
El ministro de Hidrocarburos y Energía, Luis Alberto Sánchez, proyectó más inversiones en gas y un despegue del sector eléctrico este año. Dijo que el 2017 será fundamental para cerrar acuerdos de integración energética con Brasil y Argentina. “Estamos haciendo estudios para la integración con Paraguay y cerrando el acuerdo para hacer estudios con Perú. El reto del sector eléctrico es cambiar la matriz energética con hidroeléctricas y energías renovables, ampliando las reservas, lo que nos permite dar mayor confiabilidad al sistema y así consolidar el nuevo pilar económico”, indicó.
En 2017 se prevé consolidar proyectos de generación históricos como Rositas, El Bala, Carrizal y Misicuni.
En criterio del ministro de Economía, Luis Arce Catacora, para este año se prevé un crecimiento del 4,8% del PIB y una inflación del 5,03%.
No obstante, identificó amenazas a la economía. Por ejemplo, los efectos del cambio climático, las políticas externas y la crisis económica que involucran principalmente a los importantes socios comerciales de Bolivia como Argentina y Brasil, y la política económica que implemente el Gobierno de EEUU con el presidente Donald Trump.
Por su lado, el ministro de Desarrollo Rural, César Cocarico, dijo que si bien en 2016 hubo una pérdida de la producción agrícola del 9%, el 2017 crecerá un 6%.
“Nos vamos a recuperar prácticamente en todos los rubros, pero aún habrá problemas en la producción de maíz”, pronosticó
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