Dos expertos afirman que los inversionistas buscan una oportunidad en Bolivia para incrementar sus capitales, por la crisis en el Estado bolivariano.
Según datos de la Bolsa Boliviana de Valores, el empresario paraguayo-venezolano Carlos Enrique Gill Ramírez compró la mitad de las acciones (50%) de la Empresa Ferroviaria Andina de Bolivia, un año después de haber hecho lo propio con la Empresa Ferroviaria Oriental (50%) (ver gráfico).
En junio de 2014, Gill adquirió del grupo estadounidense Genesee Wyoming el 50% del paquete accionario en Ferroviaria Oriental, que opera las vías férreas del este de Bolivia, y hace unas semanas hizo lo mismo en Ferroviaria Andina, que gestiona las redes de occidente que estaban en manos del grupo chileno Luksic.
El empresario fue nombrado presidente del directorio de Ferroviaria Andina el pasado 8 de septiembre.
Otra inversión venezolana en el país es Gravetal, una de las mayores empresas soyeras que fue fundada en 1993 por el Grupo de Inversiones Osorno de Colombia, en la zona de Puerto Quijarro, en la frontera entre Bolivia y Brasil, a 600 kilómetros de Santa Cruz.
Según información de la calificadora de riesgo Pacific Credit Ratings, en julio de 2008 el 99% del paquete accionario fue adquirido por la empresa Inversiones de Capital Inversoja SA, un grupo vinculado a la firma Monómeros de Pequiven, de Venezuela.
La compañía se dedica a la compra de oleaginosas, extracción y venta de aceite y de tortas de soya. Su utilidad neta a 12 meses, obtenida en septiembre de 2014, fue de 75,43 millones de bolivianos.
Otros sectores
En mayo de 2008, el Banco de Desarrollo Económico y Social (Bandes) de Venezuela se convirtió en el accionista principal del Fondo Financiero Privado (Prodem). Posee el 99% del paquete accionario.
A diciembre de 2014, la entidad obtuvo un resultado neto de 12,6 millones de dólares.
En el sector de hidrocarburos, Petróleos de Venezuela (PDVSA) impulsa proyectos de exploración y explotación en sociedad con YPFB mediante Petroandina.
YPFB (60%) y PDVSA (40%) conformaron la sociedad de economía mixta denominada YPFB – Petroandina SA M, con el fin de trabajar en la exploración y explotación de hidrocarburos. Actualmente trabaja en la perforación del primer pozo en Lliquimuni, en el norte de La Paz.
La inversión venezolana también está en el sector de los medios de comunicación.
Prisa transfirió sus intereses en el país al grupo liderado por el empresario Carlos Gill, en una operación realizada a fines de 2009. El consorcio español era propietario de los diarios La Razón y Extra y de la red televisiva nacional ATB.
Los expertos Armando Álvarez y Alberto Bonadona coincidieron en afirmar que los empresarios venezolanos ven oportunidades de inversión en Bolivia y que prefieren, en la actualidad, sacar sus capitales debido a la crisis económico-política que hay en la nación caribeña, al mando del presidente Nicolás Maduro.
"Carlos Gill y otros empresarios vieron una oportunidad en Bolivia y por eso invirtieron en el país, algo que en este momento Venezuela no puede ofrecer”, opinó Álvarez.
Los números de las compañías
Prodem En 2014 registró un retorno sobre activos (ROA) de 1,47% y un retorno sobre el patrimonio (ROE) de 17,98%, señala su memoria institucional.
Gravetal Gravetal obtuvo a septiembre de 2014 un ROA de 5,44% y un ROE de 10,36%. La empresa está expuesta a la alta volatilidad de los precios de las oleaginosas.
EFO La Ferroviaria Oriental S.A. opera en el oriente y sur de Bolivia. En 2014 hizo una inversión de 30,1 millones de dólares, destinados principalmente al mejoramiento de la capacidad de transporte. Transporta soya y derivados, además de pasajeros, y uno de sus clientes es Gravetal.
EFA Ferroviaria Andina se dedica al transporte de carga mineral y uno de sus clientes es la minera San Cristóbal. En 2014 reportó pérdidas.
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