Servicio Industrial y Maquinaria Antezana (SIMA) provee a las grandes, medianas y pequeñas industrias del país de envasadoras de última tecnología y diseño propio, máquinas que prueban que lo producido en Bolivia es de alta calidad y durable.
Empresas como La Estrella, Molino Andino, San Gabriel, El Ceibo, Delizia y Alcos en La Paz; caramelos Watt’s en Santa Cruz; La Mejicana y fideos La Coronilla en Cochabamba; y Chocolates Para Ti en Sucre, entre muchas otras, usan los sistemas de envasado que construye SIMA. Cada línea de empaquetado mecánico es creada por la familia Antezana, que las elabora de acuerdo con los requerimientos particulares de las empresas.
Pero, para poder estar presente en las grandes, medianas y pequeñas factorías de todo el país —con excepción de Beni—, Jorge Antezana, fundador de SIMA, tuvo que pasar por diferentes experiencias laborales, buenas y malas, vinculadas a la producción molinera y azucarera. Oriundo de Cochabamba, Antezana, técnico en electrotecnia, es el actual gerente general de la empresa ensambladora y socio de ese emprendimiento.
PROCESOS. En los umbrales de su carrera, el técnico trabajó en Oruro y Santa Cruz montando e instalando plantas industriales. Pero 1982 fue el punto de partida de su proyecto, Servicio Electromecánico, cuando llegó a La Paz para trabajar en la Sociedad Industrial Molinera, empresa que tenía una envasadora argentina de funcionamiento muy simple.
Este hallazgo fue importante ya que había percibido que las principales falencias de los procesos de producción de la mayoría de las fábricas en las que trabajó se centraban en el envasado, realizado por entonces a mano. “Las empresas tropezaban en el envasado, porque la delicadeza y la dosificación debían ser exactas”, recordó. Tiempo después, uno de sus clientes, quien comercializaba Aji–no–moto, le pidió una máquina que le facilitara el lento y fatigoso trabajo de envasar el producto en bolsas pequeñas con la ayuda de cucharillas.
Antezana no contaba entonces con una alta capacidad técnica o económica para construir una envasadora automática, sin embargo, tenía las ideas y el conocimiento acumulados en sus años de trabajo en otras empresas, por lo que decidió fabricar su primer equipo manual para sellar bolsas. “Tardé un año en la elaboración de esa maquinaria”, contó.
Con el paso del tiempo, las líneas de empaquetado de la joven empresa fueron adquiriendo mayor automatización. Hasta la fecha, el fundador de SIMA construyó al menos 230 envasadoras, siempre con el apoyo de su esposa y sus cuatro hijos: Mauricio, Alenka, Jorge y Jaime. En criterio del primero existe “cierta resistencia” por parte de los industriales bolivianos en adquirir maquinaria de origen nacional.
Sin embargo, agregó, en SIMA, empresa constituida en 2006 que reemplazó a Servicios Electromecánicos, “sí podemos asegurar que son de alta calidad y que seguirán funcionando luego de ser entregadas, lo que no ocurre con las máquinas del extranjero, que no tienen el respaldo correspondiente en capacitación” para los operarios.
El administrador de la empresa, Hernando Lara, indicó que las envasadoras de SIMA son usadas actualmente por poco más de 50 industrias, además de varias empresas peruanas.
Los precios de los diferentes productos pueden variar de acuerdo con los niveles de automatización y tecnología. Mauricio Antezana afirmó que “éstos van desde los $us 500, por una maquinaria semiautomática, hasta los $us 50.000, lo que se incrementa según las necesidades de cada industria”.
Cada año crece 28%
Desde su creación en 2006, SIMA creció a un promedio anual del 28%, según Alenka Antezana. Entre 2014 y 2015, agregó, el número de máquinas fabricadas se redujo, una situación que se equilibró con la construcción de equipos de mayor tamaño y costo.
La firma crea y se provee de lo último en maquinaria
La calibradora de peso de SIMA identifica metales pesados en los alimentos
El crecimiento de SIMA no solo se basa en la cantidad de máquinas vendidas sino en la creación propia y en la adquisición de nueva tecnología que emplea para mejorar sus procesos de construcción de equipos, como la Waterjet (cortadora de acero mediante chorro de agua a presión), la última compra de la empresa.
Jaime Antezana, uno de los socios de Servicio Industrial y Maquinaria Antezana (SIMA), explicó que —para agilizar los procesos industriales y tener envasadoras con mejores acabados— hace tres meses la compañía adquirió la Waterjet, maquinaria exclusiva para el corte a detalle, que da a los equipos un “fino acabado”.
La planta de SIMA, ubicada en la zona Santa Rosa de El Alto, cuenta con instalaciones donde se elaboran e inventan maquinarias como la calibradora de peso, que consta de una banda de transporte que identifica el peso exacto de cada bolsa, además de alertar sobre la presencia de metales pesados en los alimentos envasados.
“Esto contribuye en el envasado principalmente de quinua, donde el nivel de calidad y peso exacto del producto, entre otras características, son muy importantes. La calibradora te da todas esas propiedades”, dijo Antezana.
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