Con 80 años en las espaldas, la fábrica Mazal S.A. se niega a cerrar sus puertas, pese al panorama adverso que enfrenta día a día. Recientemente salieron de un conflicto por salarios devengados, pero niegan que se hubiesen entregado 50 cartas de preaviso, tal como informó un dirigente de la Confederación de Trabajadores Fabriles.
Cuenta con 60 trabajadores para elaborar camisas de calidad que demanda el mercado interno y externo, además de otro tipo de prendas, pero su producción se redujo en un 80 por ciento en los últimos años, debido principalmente a la decisión del Gobierno de suspender los beneficios que se acordó anteriormente con los Estados Unidos, como el caso de la Ley de Preferencias Arancelarias Andinas y Erradicación de Drogas (ATPDEA), por sus siglas en inglés.
La gerente Gladys Duarte explicó que la situación de la empresa al momento es normal, aunque tuvieron que negociar con los trabajadores para acordar el pago de los salarios devengados de tres meses, pero que no hay la intención de cerrar sus puertas, "nos cabe informar que la empresa no ha emitido una sola carta de preaviso", asegura a tiempo de señalar que el conflicto se presentó por la falta de mercado.
El contrabando, las decisiones del Gobierno, el ingreso masivo de ropa usada y otros factores hace que enfrente algunos problemas, pero "la empresa ha tratado de salir adelante", asegura Duarte a tiempo de solicitar el apoyo del Gobierno en la apertura de mercados, créditos blandos "que nos permita salir de esta situación".
El producto principal que tiene la fábrica es la elaboración de camisas para varones, que son comercializadas en dos tiendas que se ubican en carcanías de la plaza Murillo y uno en la zona sur de la ciudad de La Paz.
Recuerda que antes se exigía el uso de la corbata, lo que permitía incrementar su producción, pero con las nuevas modificaciones se tuvo que reducir la elaboración de camisas y tuvieron que darse modos para competir con la ropa barata que ingresa, incluso legalmente al país, como es el caso de la producción china y la de medio uso que llega de Estados Unidos.
La empresa continúan con el sistema de la maquila, aunque en una mínima proporción, para elaborar pijamas, camisones, ropa de algodón y otros, debido a que se cerraron algunos mercados.
Otro de los problemas que enfrentan los textileros bolivianos, es que muchas de las empresas transnacionales buscaron mercados alternativos para la maquila, como la India o China, donde elaboran prendas a un precio mucho más bajo que el que empleaban en el país. Pero el desafío más grande está por venir, el pago del doble aguinaldo representará un nuevo esfuerzo para la industria nacional, que ya tuvo problemas este año para hacerlo efectivo y que obligó a algunas unidades a postergar el pago de los salarios.
UNA MARCHA DE PEQUEÑOS PRODUCTORES PRETENDE LLEGAR ESTE LUNES A LA CIUDAD DE LA PAZ EN DEFENSA DE LA INDUSTRIA NACIONAL.
SEGÚN EL INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA, LAS IMPORTACIONES DURANTE EL PRIMER SEMESTRE DE 2014 LLEGARON A superar los 773.3 millones de dólares, con una participación del 16,2 por ciento en el cuadro general de los principales proveedores, mientras que en similar período de este año ascendió a 828.2 millones de dólares y representó una participación del 17,9 por ciento.
Sólo en las compras de calzados, durante los primeros cinco meses de esta gestión, el 44 por ciento fueron importaciones provenientes de China y un 41 por ciento de Brasil, que también devalúo su moneda.
La presidenta de la Aduana Nacional de Bolivia, Marlene Ardaya, sobre el ingreso de productos chinos dijo "no le preocupe China. El problema es de todas las aduanas". Reconoció que "las aduanas, desde hace unos años, aunque es un poco fuerte la devaluación, siempre ha sido un dolor de cabeza para todas las aduanas", el tema de las importaciones y que al final se trata de la elección de los consumidores.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario