“Nos llena de orgullo y de agradecimiento, y nos honra haber sido reconocidos por un poder del Estado”, comentó al respecto el gerente general de Faboce, Ricardo Auzza Allerding, a tiempo de reconocer que la inversión, el avance tecnológico, la generación de empleos y el compromiso social jugaron un papel importante para hacerse de la distinción.
Según Auzza, uno de los factores decisivos para lograr este reconocimiento probablemente fue la osada inversión de 20 millones de dólares realizada este año en la instalación de la planta de tecnogranito en Santa Cruz.
Esta planta abrió puertas a 130 nuevos trabajadores de los 700 que ofrece Faboce en sus cuatro plantas del país: Cochabamba, que fue la primera, Tarija, la segunda, y dos más en Santa Cruz. La última es, justamente, la de tecnogranito.
Sin embargo, la "planta estrella", pese a estar montada en septiembre pasado, tuvo que pasar aún por cuatro meses de pruebas, además de la capacitación a su personal en la nueva tecnología, pues de los 130 trabajadores, 16 tuvieron que ser enviados a Italia a recibir cursos, quienes, a su vez, debieron replicar lo aprendido con el resto de sus compañeros.
Finalmente, en diciembre pasado estuvieron listos los primeros productos de tecnogranito y porcelanato, los cuales salieron al mercado en enero de este año.
El tecnogranito es una cerámica lograda con una compleja combinación de feldespatos de la Chiquitania, caolines de Oruro, y arcilla blanca y cuarzo de Santa Cruz, que derivan en una consistencia parecida al mármol, pero con una resistencia casi metálica.
A diferencia de la cerámica tradicional, que presenta una capa como cáscara, donde se encuentran los diseños y que de desportillan ante un golpe, el tecnogranito tiene las figuras “hundidas” y fusionadas en el bloque, por lo que, así sufra golpes duros, conservará el diseño. Por ello, se trata de un material “de élite”, explica Auzza, que es empleado en pisos donde hay alto tráfico de gente, como oficinas, pasillos o aeropuertos.
Según Auzza, no existe producción nacional de esta cerámica, y la competencia proviene, sobre todo, de China, que acapara el 90 por ciento del mercado boliviano; Italia, el 4 por ciento; España, 2 por ciento, y Brasil, el 1 por ciento. El objetivo de Faboce es abrirse paso en este mercado y “duplicar” su producción en valor para este año.
Es el desafío, es el compromiso, y por ahora, la compañía recibe la distinción parlamentaria como un gran estímulo.
EXPORTACIÓN
Ricardo Auzza Allerding. Gerente General Faboce
"Abastecemos la pirámide de la demanda"
“Para cualquier empresa, la distinción de la Cámara de Diputados es un motivo de orgullo y de agradecimiento.
Además, hemos recibido durante los últimos 13 años ininterrumpidamente el premio al mérito exportador por parte de Cadexco. Quiere decir que lo estamos haciendo bien no sólo en el país, sino también en mercados extranjeros.
Exportamos a Chile desde 2001, luego ingresamos a Perú y ahora a Venezuela.
En el país, todo lo que producimos se vende. Abastecemos la pirámide de la demanda del cliente, con productos de élite, término medio y accesibles a todo bolsillo".
COCHABAMBA
22 años de historia de producción
La Fábrica Boliviana de Cerámica (Fabce) comenzó su historia hace dos años, cuando la familia Auzza inauguró su primera planta en Cochabamba, con una inversión de 1,18 millones de dólares.
Esta planta, que actualmente produce revestimientos y pisos, es la más antigua del grupo y da cobijo al menos a unos 100 trabajadores, entre administrativos y obreros. Se provee de la materia prima (arcillas) de Ushpa Ushpa y Bandolero.
Según el gerente, Ricardo Auzza, hay nuevos proyectos para esta planta, pero los detalles son una "sorpresa" que será conocida probablemente en un año y medio.
La segunda planta de Faboce fue la de Tarija, donde se invirtieron 2 millones de dólares.
La tercera, la de Santa Cruz, con 4,5 millones de dólares.
Faboce remató sus inversiones con la planta de tecnogranito, también en Santa Cruz, con 20 millones de dólares.
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