La empresa es Sabol (Servicios Ambientales Bolivia), y se instaló hace nueve meses en el kilómetro 8,5, camino a Quillacollo, y en abril pasado comenzó con el proceso de producción, que no sólo es una iniciativa económica, sino también un aporte ambiental.
Previamente, Sabol estableció convenios con firmas que con mucha frecuencia generan estos residuos, como empresas de flotas y camiones, que, en lugar de echar los desechos al botadero de K’ara K’ara y consecuentemente pagar una comisión extra (entre 50 y 100 bolivianos por mes) por este tipo de basura, considerada especial, entregan sus llantas directamente a Sabol, de forma gratuita.
A diferencia de otras empresas fuera del país que recurren a los ácidos y otros químicos de disolución, Sabol somete las llantas a un proceso totalmente mecánico de trituración, comenzando por la máquina extractora de aro, donde se le quitan los elementos metálicos visibles. Luego, el subproducto pasa por la cortadora de tira, donde se convierte en lonjas de goma. En el tercer paso, en la "galletadora", ya son residuos cuadrados. El cuarto paso es un sistema de dos molinos, que incluyen filtradores y sistemas de imán para seguir extrayendo los residuos de acero, y separar la fibras de nylon. Según la calidad que se busque, el producto triturado pasará dos y hasta tres veces más por los molinos, hasta obtenerse un polvo de caucho que otras empresas comprarán para el césped sintético, asfalto o tacones de zapato.
La empresa
Servicios Ambientales Bolivia (Sabol SRL) es una empresa conformada por cuatro socios. Pertenece al grupo empresarial Tierra Dulce, que entre otros temas, promociona productos ambientales y saludables.
En Cochabamba instaló la recicladora de neumáticos, como una alternativa al destino de llantas viejas, que se convierten en criadero de roedores y de mosquitos.
En los primeros cinco meses de producción, logró acopiar 700 toneladas de llantas de empresas de transporte. También busca acuerdos con municipios para el mismo objetivo.
Sabol no paga por las llantas que recibe. El beneficio consiste en ahorrarles el pago extra que hacen a EMSA por esta basura especial considerada tóxica.
“Muchas empresas se molestan, pero al final terminan contactándose con nosotros o nos llaman para que recojamos las llantas de sus ambientes, y lo hacemos de forma totalmente gratuita”, explica el gerente, Eduardo Veizaga. “Si pagáramos, tendríamos que subir el costo del caucho granulado”, explica.
Las ofertas
• Sabol ofrece el polvo de caucho a empresas de construcción. Su principal cliente, por ahora, es Tauro, que construyó varias canchas de césped sintético. La tonelada del producto, según la calidad, se vende entre 450 y 700 dólares la tonelada.
• A pesar de todo, según cálculos de la misma empresa, Sabol apenas provee el 10 por ciento de la demanda real del mercado. Las constructoras, por lo general, importan el producto de Perú, algunas informales incluso lo hacen en calidad de contrabando.
• El polvo de caucho también puede utilizarse en asfalto, lo cual otorga flexibilidad y duración a la obra, pero en Bolivia aún no se aprecia este beneficio, explica el gerente.
• El acero extraído se lo ofrece a las fundidoras de Oruro, aunque en su mayor parte terminan en factorías de Perú, donde lo reciclan.
• También se busca dar uso a la fibra de nylon. Está en proyecto reutilizarlo en colchones
• Un proyecto que estará listo para dentro de dos semanas es lograr el polvo de caucho de colores para baldosas y pisos deportivos.
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