Colchones Pullman, una iniciativa artesanal que nació hace 50 años, se convirtió hoy en día en una empresa que invirtió al menos $us 1 millón para llevar su producción a un nivel industrial, con tecnología de punta que vela por el sueño de los bolivianos.
En 1963, Nancy Herrera y Arturo Parrado compraron una máquina para hacer resortes con la que dieron inicio a Colchones Pullman, un emprendimiento artesanal que con la ayuda de dos empleados fabricó su primer colchón en el patio de una casa alquilada.
“Hoy vendemos más de 20 productos y podemos fabricar más de 2.000 colchones (ergonómicos) al mes”, dijo 50 años después Arturo Parrado hijo, gerente general de Pullman Industria y Comercio Ltda., empresa que desde su planta de El Alto cubre la demanda de La Paz Cochabamba, Santa Cruz, Tarija, Sucre y Potosí.
“Ahora el espacio nos ha quedado pequeño”, agregó Parrado, que junto a sus hermanos invirtió al menos $us 1 millón para tecnologizar a la empresa con ensambladoras, resorteras “únicas en el país”, acolchadoras multiagujas y bordadoras, entre otras, todas con sistema computarizado.
Iniciativas. Pullman, que “innova constantemente”, ha tecnologizado tanto su producción que fabrica un armazón de colchón con más de 800 resortes en “diez minutos”, sostuvo Parrado.
El número de resortes refleja la calidad del núcleo del colchón. Por ejemplo, si una pieza tiene 300, que es lo normal, habrá menos apoyo que con 800 resortes embolsados del modelo Pockett de Pullman, que minimiza la transferencia del peso, ajustándose al contorno de cada cuerpo.
El modelo Magneto Energizer, a su vez, incluye magnetos concéntricos que ayudan a incrementar la circulación sanguínea, disminuyendo los desórdenes de salud y mejorando la vida sexual.
“Cada año hemos ido avanzando paso a paso con el objetivo de mejorar y aumentar la producción”, expresó Anny Torres, esposa de Parrado y gerente de Producción de Pullman Industria, quien inculca en los 54 empleados de la empresa el trabajo en equipo.
De esta manera, la firma ha logrado ampliar su participación en todo el país. “El paceño compra una línea de colchones más económica, el cochabambino y el cruceño compran una línea media alta, más lujosa”, dijo Parrado. Sin embargo, agregó, en los últimos años los habitantes de La Paz y El Alto comenzaron a adquirir más productos de alta gama.
Las diferencias en gustos también se transfieren a los materiales, ya que la empresa emplea en el acolchado de sus productos rellenos y telas acordes a la temperatura de cada región. Entre las telas destacan las fibras naturales y las que han sido objeto de tratamientos antimicrobianos y antiácaros, así como las fibras reguladoras de frío y humedad.
“Un colchón debería durar por lo menos diez años, principalmente por el desgaste del alambre de acero de los resortes”, aseveró Parrado, que elabora colchones a pedido, con el color y las especificaciones que el cliente solicite. El precio de estos productos oscila entre $us 200 y 500, dependiendo del material, del tipo y la cantidad de resortes; mientras el de las almohadas varía entre $us 16 y 25.
La empresa abre primera franquicia en Santa Cruz
Pullman lleva adelante el desarrollo de su primera franquicia en la ciudad de Santa Cruz y prepara el lanzamiento oficial de sus almohadas viscoelásticas en Cochabamba como parte de su proceso de expansión en el país.
La nueva planta “ya está haciendo las almohadas viscoelásticas y ahora se le está haciendo llegar la maquinaria para la fabricación de colchones”, dijo el gerente general de Pullman Industria y Comercio, Arturo Parrado.
La espuma viscoelástica fue desarrollada por la NASA con el objetivo de aliviar la presión que los tejidos podían llegar a producir en el cuerpo de los astronautas durante el despegue de las naves espaciales. Los productos de Pullman elaborados con este material sintético serán presentados oficialmente en la próxima feria empresarial de Cochabamba (Feicobol), adelantó el empresario.
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