De acuerdo con los resultados de la encuesta, un 26,5 por ciento va a los mercados zonales, es decir aquellos que están ubicados en barrios, y sólo un 4,9 por ciento opta por comprar en los supermercados. Además, 4,2 por ciento es cliente de las ferias urbanas y 2 por ciento de las tiendas de barrio.
El 64 por ciento de las mujeres dice que compra en la Cancha y mercados similares, frente a un 60 por ciento de varones. Los hombres, en tanto, son los que más prefieren ir a los mercados zonales (28 por ciento frente a 25 por ciento), cerca de su hogar, y a las ferias urbanas (5 por ciento frente a 4 por ciento).
No hay diferencias en cuanto a nivel educativo en la preferencia por los mercados de la ciudad, van a la Cancha desde aquellos que no estudiaron o sólo alcanzaron la primaria hasta los que tienen educación universitaria, según el estudio efectuado en la región metropolitana.
La preferencia por la Cancha como centro de abasto tampoco tiene diferencia de edades. Los cochabambinos desde los 17 hasta los 56 años y más dicen que hacen sus compras en ese mercado, la Pampa y otros similares de la ciudad como el mercado Calatayud o el centro de abasto ubicado en la calle 25 de Mayo.
Y el almuerzo, ¿dónde?
Otra costumbre de los llajtamasis que no se pierde, pese al trajín diario y los horarios del trabajo, es el almuerzo en el hogar, algo que ya no se ve en otros países, donde incluso la hora de la comida al mediodía ha sido desplazada por sólo un refrigerio.
La encuesta metropolitana levantada por Ciudadanía indica que casi ocho de cada 10 cochabambinos almuerzan en su casa y dos en una pensión o restaurante y muy pocos optan por la casa de un pariente o de un amigo.
De acuerdo con los datos, más mujeres almuerzan en casa que los varones, mientras que es mayor la cantidad de hombres que come al mediodía en pensiones o restaurantes.
Por edades, las personas entre 46 a 56 años y más son las que más prefieren el hogar para almorzar, al igual que los jóvenes entre 17 y 25 años, que al estar en el colegio o la universidad aún se sientan en la mesa con sus padres. Es menor la cantidad de gente entre los 26 y 45 años que va a su casa al mediodía.
Actividades extra
¿Y qué hacen los cochabambinos para pasar el tiempo libre? La encuesta metropolitana revela que en los últimos tres meses, el 64 por ciento de los cochabambinos no asistió a ninguna actividad de esparcimiento.
Un 22 por ciento de los consultados dijo que fue al cine y un 6 por ciento a las festividades o entradas folklóricas.
Muy pocos o casi nadie van a obras de teatro, obras de danza, exposiciones o presentaciones de piezas de arte, desfile de modas, ferias artesanales y al circo.
Los jóvenes entre 17 y 25 años son los que más van al cine, a los conciertos de música, obras de teatro e incluso a las festividades religiosas y entradas folklóricas.
Las personas que están en el rango de edad de 26 a 35 años también optan por el cine como entretenimiento, pero en mucho menor medida que los más jóvenes. Los adultos entre 26 y 45 años son más asiduos al circo, probablemente porque son padres y llevan a sus pequeños.
Finalmente, los cochabambinos adultos desde los 46 a 56 años y más tienen preferencia por los conciertos de música, las obras de teatro, las festividades religiosas, las exposiciones de arte y las ferias artesanales que son efectuadas en fechas especiales.
Ir a estos eventos requiere un presupuesto. La encuesta preguntó cuánto dinero en total la gente gastó en estas actividades de recreación en los últimos tres meses.
Un 46,8 por ciento de los consultados dijo que gastó 51 y 200 bolivianos para asistir a los eventos en el último trimestre. Un 25,4 por ciento indicó que destinó entre 1 y 50 bolivianos, un 20,5 por ciento entre 201 y 500 bolivianos, un 4,4 por ciento 501 bolivianos o más. Un 2,9 por ciento de los consultados no gastó nada en eventos de entretenimiento.
1 de cada 10 compra libros
Sólo uno de cada 10 cochabambinos compró un libro en los últimos tres meses, revela la encuesta de Ciudadanía. Quienes más invierten en libros son los jóvenes entre 17 y 25 años.
Un poco más de encuestados, un 16 por ciento, indicó que adquirió o alquiló una obra audiovisual en DVD u otro formato. Un 8,3 por ciento compró una obra musical en CD o mp3.
El gasto en otros objetos es mucho menor. El 7 por ciento de los cochabambinos adquirió un juguete; el 3,7 por ciento, vestimenta para fraternidad folklórica; el 3,5 por ciento compró decoración para celebración; el 2,3 por ciento, juegos de video; y el 1,1 por ciento, obras de arte tradicional.
En estos objetos, el 56 por ciento de los encuestados dijo que no gastó nada, mientras que un 15 por ciento indicó que destinó entre 1 y 50 bolivianos y el 13,9 por ciento, entre 51 y 200 bolivianos. El 8,5 por ciento de los encuestados dijo que gastó 501 bolivianos o más en los bienes.
ANÁLISIS
Los mercados de abastecimiento
ALBERTO RIVERA P.,SOCIÓLOGO E INVESTIGADOR DEL CERES
Según la encuesta metropolitana del Foro Regional, el 62 por ciento de la población se abastece en la Cancha, La Pampa y el 26,5 por ciento en cualquiera de los 54 mercados existentes en Cercado, esto suma el 88 por ciento de la población encuestada en toda la conurbación desde Vinto hasta Sacaba. Muy pocos compran en las ferias urbanas (4,2 por ciento) y sólo un 5 por ciento se abastece en los supermercados.
Pocas cosas parecen haber cambiado en la vida cotidiana de los cochabambinos y residentes en Cercado. En los Digestos municipales de antaño se encuentran informes sobre las costumbres locales, uno de ellos, de 1793, escrito por el gobernador Intendente Don Francisco de Viedma al Virrey de Buenos Aires, describe que los abundantes víveres se compraban en la Plaza a precios muy moderados tanto el pan como las legumbres, frutas, aves y carnes. Cada vendedor se ubicaba donde quería y podía y no había arreglos para precios, ni pesos ni calidades.
En 1817 continuaba el desorden en los puestos de venta en las plazas existentes y el Concejo Municipal decidió la compra de la casa del Dr. José Antonio Canals para establecer el Abasto o Alóndiga, probablemente cerca del convento de los jesuitas en la manzana 14. Llegó el año 1900 y las comerciantes que habían logrado comprar locales se llamaban buhoneras, en tanto que las que seguían vendiendo en las aceras se llamaban cholas regatonas. Pero la localización desordenada complicaba el desplazamiento de los carruajes de dos y cuatro ruedas y de los visitantes a caballo.
Unos 220 años después de que se escribieran estos informes, la población sigue abasteciéndose en los mercados de ferias, las condiciones en las que venden las comerciantes han mejorado, pero sólo el 33 por ciento tiene casetas, un 14 por ciento tiene tiendas, en tanto que el 53 por ciento vende en sitios abiertos.
Lo que ha cambiado en los mercados de ferias de la ciudad son los llamados días de cancha; ya no hay más miércoles y sábados, la venta es todos los días.
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