El material que utilizan es un compuesto de aserrín, chala de arroz, cascarilla de girasol y plástico, que además de tener una textura y consistencia similar a la de la madera, es una alternativa para el rubro de la construcción.
La idea de elaborar este tipo de madera surgió en 2009 con la inquietud de dar valor agregado al plástico, a través de nuevas tecnologías. Después de realizar estudios de mercado y ver la necesidad de crear un sustituto de la madera, buscaron proveedores para la maquinaria y, finalmente, en 2011 lanzaron el producto en el mercado nacional.
“En Sudamérica somos una industria pionera en la elaboración de ecomadera. Hay experiencias similares en pequeñas empresas artesanales de Brasil y Colombia, pero nos diferenciamos en el uso de 60% de fibra orgánica y 40% de plástico, que le dan mayor similitud con las propiedades de la madera natural”, asegura Eduardo Díaz, presidente de Madec.
Esta tecnología fue desarrollada experimentalmente en Estados Unidos, Canadá y Europa hace 30 años y se consolidó en otros países hace cinco años, y llegó a Bolivia con gran aceptación.
La madera ecológica que fabrica Madec se caracteriza por tener tonalidades similares a la madera natural, su resistencia a la humedad y al agua, porque es antideslizante y sin grietas, su bajo mantenimiento y fácil instalación y por su resistencia a la intemperie y a las termitas, hongos e insectos.
Por las cualidades de sus componentes, se puede cortar, lijar, atornillar y clavar las piezas como cualquier otro tipo de madera, según explica Édgar Menacho, jefe de operaciones de la empresa.
“Tiene buenas cualidades, especialmente por su bajo impacto ambiental, pero también es un producto innovador que recién se está conociendo en el mercado y vemos que los clientes están satisfechos”, agrega.
Por su versatilidad, este material puede ser empleado en muebles, pisos, portones, cielo falso y herramientas. No obstante, la empresa Madec se distingue por la elaboración de puertas con marco, machihembre alivianado y peatonal, láminas alivianadas, pallets (plataforma o bandeja construida de tablas), varillas para banquetas, pilares, vigas y zócalos.
Acopio y producción
La chala de arroz se acopia de las comunidades de Montero, Yapacaní y Puertachuelo, donde se concentra la producción arrocera. Según Díaz, este residuo no se degrada fácilmente y tampoco tiene otro uso, más que como camas para granjas agrícolas y caballerizas, porque tampoco sirve como alimento para animales.
El plástico es recolectado de envases residuales de la agroindustria, que antes eran enterrados y quemados, porque no podían ser reutilizados por tratarse de un residuo tóxico para la salud.
Una vez acopiada la materia prima, el proceso empieza con la molienda de la chala, hasta pulverizarla. Luego se la mezcla con el plástico y otros aditivos químicos, como lubricantes y colorantes, que facilitan que ambos materiales se acoplen.
Después de amoldar y cortar cada pieza, se encargan de la distribución a empresas constructoras y ferreterías locales.
“Hemos recorrido las instalaciones de Madec y nos sorprendimos por el tipo de producto que están generando, porque permiten mantener la costumbre de usar madera, pero de forma sostenible, con materiales reciclados”, apunta Mariano Egüez, coordinador nacional de Green Building Bolivia, una organización que promueve el concepto de la construcción sostenible, utilizando los recursos de forma eficiente.
Actualmente la capacidad de producción de esta empresa es de 300 toneladas al mes, suficientes para satisfacer la demanda en Santa Cruz, y algunos pedidos puntuales en La Paz y Cochabamba, pero no para llegar al mercado extranjero, a pesar de tener pedidos recurrentes de Chile, Brasil, Ecuador, Perú y Argentina.
“Primero queremos satisfacer la demanda en Bolivia, así que estamos en proceso de buscar socios que quieran ingresar para vender acciones y comprar más maquinaria. Tenemos bastante demanda de todas partes, pero nos falta capacidad”, dice el gerente de Madec.
La demanda de este producto también responde a sus precios competitivos. Por ejemplo, una puerta de tajibo cuesta 2.100 bolivianos, mientras que las puertas de madera ecológica se ofertan entre 700 y 1.500 bolivianos, según el tamaño y el estilo.
Menacho asegura que, además de los precios asequibles, este producto es una solución al problema de la escasez de madera en el país, a la tala indiscriminada de los bosques y a la venta de madera ilegal que proviene del oriente boliviano.
Esta empresa busca ser la punta de lanza en la construcción ecológica, pues ofrece un producto que, además de ser demandado en el mercado exterior por su calidad y utilidad, se basa en políticas de reciclaje y preservación del medio ambiente.
Oportunidad para personas rehabilitadas
Otra característica de la empresa Madec es su programa de reinserción económica y laboral, ofreciendo oportunidades de trabajo a personas que hayan culminado un proceso de rehabilitación física y social.
Eduardo Díaz, presidente de la empresa, explica que actualmente tienen un convenio con el Centro de Rehabilitación Arca de Noé, pero que también reciben a personas rehabilitadas en otras instituciones del país.
“Aquí trabajan supervisados por parte nuestra y por parte del centro de rehabilitación. De esta manera nuestro programa permite que las personas que culminaron su proceso, puedan mantener su hogar y sentir que son personas productivas con todos los derechos y obligaciones de cualquier ciudadano”, agrega Díaz.
Instalaciónfácil
Oferta La empresa Madec se especializa en la fabricación de puertas, machihembres, vigas y zócalos. La madera ecológica que ofrecen tiene una variedad de tonalidades en color marrón.
Instalación La instalación de las puertas demora diez minutos. La empresa se encarga de la supervisión y asesoramiento.
Contacto La empresa se encuentra en Santa Cruz, en la avenida Cristóbal de Mendoza 996. Para pedidos en el interior del país, escribir a infomadec@madec.com.bo
No hay comentarios.:
Publicar un comentario