Las cámaras boliviana y cochabambina de exportadores demandaron del Gobierno reglas de juego claras, seguridad jurídica y condiciones favorables para constituir empresas productivas con vocación exportadora a fin de generar fuentes de trabajo estables y divisas para el país.
En ese sentido, informaron que las proyectadas leyes de Bancos, Financial, de Simplificación de Trámites y el Reglamento de Zona Económica Especial para el Parque Industrial de Santibañez y el Centro Logístico de Comercio Exterior, podrían incentivar la creación de industrias transformadoras de materia prima para la exportación. Lamentaron, sin embargo, que muchas de ellas, como las leyes Financial y de Simplificación de Trámites, se están demorando debido a que no existen consensos con el sector privado para aprobarlas.
El Presidente de la Caneb advirtió, no obstante, que al margen de las normas mencionadas existe necesidad de mejorar la legislación laboral y los regímenes tributarios, entre otros, en procura de crear un mejor clima entre el Estado y los sectores empresarial y laboral.
A nivel internacional, dijo que todos los acuerdos comerciales con la Comunidad Andina de Naciones (CAN), el Mercado Común del Sur (Mercosur), la Unión Europea (UE) y los Estados Unidos están en plena vigencia, a la espera de ser utilizados por los exportadores bolivianos.
“Todos los acuerdos de complementariedad económica con la CAN y el Mercosur están vigentes, lo que pasa es que hay problemas que deben ser superados por los exportadores, porque hay proteccionismo en la Argentina, Brasil no necesariamente cumple las reglas vigentes en el mercado del sur y Venezuela mueve su mercado de manera muy intermitente”, sostuvo.
De parte del Gobierno, dijo que los exportadores bolivianos esperan que se genere un marco normativo que garantice inversiones del sector privado nacional y extranjero en el rubro productivo, así como una serie de políticas de Estado que incentiven y generen factores de competitividad entre las empresas exportadoras.
En criterio de la gerente técnico del IBCE, María Esther Peña, la expansión del volumen y valor de la oferta exportable dependerá de lo que haga el Estado, porque sin reglas claras, sin seguridad jurídica, sin una ayuda a las pequeñas unidades productivas, será poco probable que mejoren las exportaciones.
OPINIÓN
Gonzalo Molina, gerente general de la empresa Salerito
Los exportadores cochabambinos estamos viendo con mucha preocupación cómo las exportaciones no tradicionales correspondientes a enero y febrero de este año cayeron, al mismo tiempo, en volumen y valor.
Definitivamente estamos preocupados, porque mientras el Gobierno esté embelesado con las exportaciones tradicionales y no genere incentivos a las exportaciones no tradicionales, es decir, mientras que el Gobierno no se ocupe de las exportaciones que generan empleo y no genere políticas para disminuir la burocracia y facilitar los trámites de exportación, definitivamente las exportaciones van a seguir siendo misión imposible para los empresarios. El Gobierno tiene que cambiar de actitud y dedicarse a fomentar las exportaciones no tradicionales, aprobando leyes y normas que incentiven la producción y exportación de manufacturas con alto valor agregado.
Todas estas normativas son herramientas esenciales para el crecimiento económico de cualquier país, además de la voluntad política para desburocratizar la administración del Estado y hacerla más ágil con verdaderas políticas de fomento a la producción y generación de empleo.
Al margen que con cualquier motivo los movimientos sociales bloquean los corredores de exportación, causando millonarias pérdidas a terceros —que nada tienen que ver en el conflicto—, la administración burocrática del Estado es un verdadero cáncer terminal que está haciendo metástasis en todos los ministerios, viceministerios y todas las reparticiones por donde tiene que recorrer un empresario a la hora de producir y exportar.
Este mal, con seguridad, va a llevar a las empresas productivas del país a un final trágico, si acaso no existe voluntad política de cambio. Bolivia es el país más caro en el mundo para hacer empresa, producir y exportar, después de Haití, con una burocracia estatal desfavorable para el empresariado.
Generar una empresa en Bolivia con capacidad de exportación y con los registros que exigen los diferentes ministerios representa invertir más de 260 días y alrededor de 22 mil bolivianos. Es por esta situación que hay tanta informalidad en Bolivia.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario