“Un incremento como el que se definió, por encima de la inflación y sin el concurso de los empresarios, impide que se desarrollen planes de inversión, que generarían más empleos e incrementos sostenibles de salario para más bolivianos”, aseveró a través de un comunicado de prensa, el Presidente de la CAINCO.
El empresario cruceño observó que “el presidente Morales fijó la meta de llegar al 2025 erradicando la pobreza extrema de Bolivia, visión a la que todos los bolivianos nos adherimos, pero establecer un incremento salarial sin tomar en cuenta la realidad de las empresas es poner trabas en este camino, pues sólo se puede disminuir la pobreza con inversión”.
Afirma que otro elemento a tomar en cuenta es que estos incrementos alcanzan sólo a los trabajadores que están en el sector formal, mientras que el 53 por ciento de los hombres y el 68 por ciento de las mujeres que forman parte de la población económicamente activa, trabajan en el sector informal, los que no tendrán acceso a este incremento.
Sin embargo, incentivando la inversión y haciendo crecer la economía afirma que se podría realizar incrementos al salario de los trabajadores y se darían mayores condiciones para que los que están en el sector informal pasen al formal.
Barbery resaltó que el empresario en general siempre ha buscado dar a sus trabajadores las mejores condiciones para que vivan dignamente. Por eso el sector privado hasta la fecha ha realizado esfuerzos para cumplir con las disposiciones de incremento salarial definidas por parte del gobierno nacional y en algunas oportunidades inclusive incrementó más cuando las condiciones de la empresa lo permitían.
Sin embargo reiteró que son 150 mil personas que cada año ingresan al mercado laboral, que requieren nuevas fuentes de empleo. La inversión requerida para salir de la pobreza es del 25 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), lo que garantiza una ampliación del mercado laboral en el país.
La preocupación del empresariado cruceño es que no sólo los empresarios privados se verán frenados en sus planes de expansión a través de inversión con esta medida, sino que el propio Gobierno Nacional ha manifestado que para llegar al incremento pactado con la Central Obrera Boliviana ha tenido que destinar recursos de la inversión pública para posibilitar este aumento.
Los datos oficiales de inversión muestran que casi el 10 por ciento corresponden a la inversión pública, cerca del 7 por ciento a la inversión privada nacional y poco más del 3,5 por ciento a la privada extranjera, teniendo un déficit del 5 por ciento para alcanzar la inversión que el país debería tener como base para disminuir sustancialmente la pobreza en Bolivia.
El presidente de CAINCO también manifestó que es preciso generar medidas de incentivo para que las empresas produzcan y atiendan la demanda del mercado interno y externo, pero los incrementos salariales elevados y sin tomar en cuenta a los empresarios, restan competitividad a las industrias nacionales y hacen que sea más costoso producir, lo que favorece a los productos importados antes que los nacionales.
Para la CAINCO, esos antecedentes tienen su efecto negativo en el crecimiento que implica limitación en la generación de empleos.
Otra de las preocupaciones es el de la inflación. Si es que el Gobierno Central quiere mantener los niveles de inflación en el orden del 5 por ciento con los incrementos salariales fijados, tendrá que asumir medidas que restringirían el crecimiento como el retirar la liquidez de la economía. Asimismo, bajo este contexto, no deja de ser una tentación el incremento de impuestos, lo que afectaría las proyecciones de crecimiento del país.
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