La fábrica de calaminas plásticas Cóndor produce un promedio de 1.500 hojas por día, llegando hasta las 50 mil unidades mensuales con una inversión de $us 400 mil. Creció en 25% en 2012 , informó su gerente general, Edwin Quisbert Alanoca.
“En sólo cinco años nuestro crecimiento fue muy positivo, nos fijamos la meta de crecer en 15%, pero se superaron las expectativas porque llegamos al 25% el último año”, manifestó Quisbert, de 34 años, en su oficina central en la avenida 6 de Marzo, de El Alto.
Explicó que su estrategia de desarrollo consistió en apuntar primero al mercado externo porque el interno estaba saturado. Así, empezaron a producir calaminas para comercializar en Perú.
Recuerda que el producto comenzó a tener más demanda en el vecino país y con el tiempo “los clientes locales prácticamente nos obligaron a fabricar para Bolivia porque había muchos pedidos por las construcciones”.
Hace un quinquenio, 50 calaminas fueron el resultado de su primera producción. Hoy la fabricación promedio día es de 1.500 hojas, lo que en ocasiones llega a 2.200 unidades por la elevada demanda. “Llegamos hasta unas 50 mil calaminas al mes”, señaló Quisbert, un empresario alteño de profesión auditor con especialidad en costos en la industria.
MERCADO. Actualmente, Calaminas Cóndor llega a todas las capitales del país. Tiene sucursales en La Paz, El Alto y Santa Cruz. También tiene representantes en Oruro, Potosí, Cochabamba, Sucre, Tarija, Beni y Pando.
Cada semana la firma exporta legalmente 1.500 hojas al Perú. Llega a las ciudades de Puno, Juliaca, Arequipa y Cusco.
Además, la empresa usa ocho camiones distribuidores para entregar el producto en los lugares de construcción, como valor agregado para prestar un buen servicio.
Las calaminas son fabricadas con resina poliéster y reforzadas con fibra de vidrio. “Son resistentes al impacto y tienen protección UV (rayos Ultra Violeta). Brindan óptima resistencia contra los fenómenos climatológicos, generan mayor concentración de calor, mantienen la temperatura en el interior de su ambiente y son totalmente lisas para tinglados o cúpulas”, expresó Quisbert respecto a la calidad del producto. Precisó que la aplicación de fibra de vidrio les otorga resistencia, mejor translucidez y mayor duración.
Poducen calaminas de color azul, rojo, amarillo, anaranjado y verde translúcido. Las medidas dependen del pedido. Los tipos de hoja son placas ondina (1,83 por 0,50 metros y 2,40 por 0,50 metros); ondulada (1,83 por 1,10 y 2,40 por 1,10 metros); plásticas normal (desde 1,80 por 0,80 hasta 3 por 0,80 metros).
También tienen otras dimensiones. Además fabrican placas tipo residencial y teja española con el color a elección.
Quisbert dijo que las calaminas son su producto estrella, aunque incursionaron en la fabricación de piscinas, hidromasajes, cisternas, tanques de agua de hasta de 20 mil litros, tanques para combustibles y para productos químicos. Plástico reforzado y fibra de vidrio son los materiales que emplean en estos casos.
Precisó además que este tipo de productos tiene buena acogida en el mercado; en el último año el consumo de piscinas creció en La Paz pese al clima frío. “Es sorprendente e interesante, pero los mayores pedidos de piscinas provienen de La Paz y regiones como Los Yungas y Caranavi”, expresó.
La piscina más grande que fabrican es de 10 por 8 metros y la más pequeña de 4 por 2 metros. Principalmente para domicilios por su fácil instalación.
El costo promedio de la piscina más grande está en $us 3.500, pero es más económica que una de hormigón armado que puede valer hasta $us 20 mil, indicó. Agregó que una piscina de fibra de vidrio está lista en cinco días, y una de cemento en dos meses.
Si bien sus productos están fabricados para todos los segmentos del mercado, precisó que las calaminas son consumidas más por la clase media baja; mientras que las piscinas e hidromasajes, por la clase media alta y alta.
Quisbert, a manera de anécdota, recordó que esta empresa es fruto de un proyecto de grado presentado en la universidad y que ganó entre otras cinco opciones productivas. La producción se inició artesanalmente en un espacio pequeño en la zona Oro Negro, de El Alto, y hoy tienen una fábrica.
Diversificarán producción en esta gestión
La empresa Calaminas Cóndor genera 80 empleos directos en su planta de Villa Bolívar “D” de El Alto y sus tres sucursales en las ciudades de La Paz, El Alto y Santa Cruz. Funciona en un área de 2.000 mt2 y, debido a su crecimiento, el espacio quedó pequeño; este año se expandirán en un terreno de 6.000 mt2 en la Urbanización Mariscal Santa Cruz de la misma ciudad, donde generará 500 empleos, anunció, Edwin Quisbert, gerente general de la firma. “Vamos a crear nuevas líneas de productos. Es algo que se va a utilizar en todo el país y que actualmente se fabrica en Estados Unidos y Brasil, y seremos los únicos en Bolivia”, expresó, aunque guarda en reserva el producto por estrategia empresarial. Sólo precisó que se trata de un artículo del mismo rubro, pero del área de electrificación, cuyos trámites de consolidación ya están en curso y se estima el lanzamiento en la presente gestión. “La maquinaria llega en junio y los papeles salen hasta agosto, luego arrancamos con las primeras piezas”.
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