La decisión final para ejecutar este proyecto depende del o de los inversionistas que apuesten por el proyecto, que, a la fecha, cuenta con el estudio de factibilidad, explica la proyectista Madelleine Mirabal, quien actualmente trabaja en el departamento de desarrollo de Proyectos del consorcio alemán.
En todo caso, señala que la empresa Ferrostaal se encuentra interesada en importar la tecnología apropiada para instalar la planta recicladora con financiamiento que podría ser cubierto por empresas privadas o, en su caso, instituciones públicas como las alcaldías o gobernaciones de Cochabamba y Santa Cruz, interesadas en el proyecto por contar con los mayores depósitos de llantas en desuso, que suponen alrededor de 750 mil llantas.
Mirabal explica que la tecnología proviene de una empresa de Dinamarca, Eldan-Recycling, que forma parte del consorcio Ferrostaal, y cumple con todas las exigencias técnicas y normativas especiales, establecidas a nivel internacional para introducir una planta de esas características a Bolivia.
“Incluso se pueden realizar las gestiones para una instalación llave en mano de la planta, para cualquier departamento interesado en liberarse del foco de infección y contaminación ambiental que representan miles de llantas en desuso”, señala.
OPINIÓN
Una fuente
importante
de ingresos
Dr. Lucio Gonzales Cartagena | Rector de la Universidad Mayor de San Simón
En julio de 2010, las ingenieras Pamela Mérida Zurita y Madelleine Mirabal Cano desarrollaron el proyecto de grado “Estudio de factibilidad de una planta recicladora de llantas en la ciudad de Cochabamba”, bajo la dirección del Ing. Roberto Manchego, docente de la Carrera de Ingeniería Industrial de la Universidad Mayor de San Simón.
El objetivo del proyecto es eliminar los problemas que ocasionan el almacenamiento de las llantas usadas en el departamento de Cochabamba, agregando valor a un residuo urbano, utilizando el mismo como aditivo asfáltico y mejorando la calidad de las vías de trasporte.
Cada año, en Cochabamba, se desechan 250 mil llantas viejas, las cuales son enviadas a basureros a cielo abierto o depósitos clandestinos, convirtiéndose en un grave problema de salud y de contaminación al medio ambiente. En muchos casos, se opta por la quema de miles de llantas utilizándolas como combustible; pero, dado que la combustión es incompleta, los humos presentan riesgos extremadamente peligrosos por las emisiones de sustancias tóxicas como dioxinas, hidrocarburos, poliaromáticos y metales pesados como plomo, zinc, níquel y vanadio. La gente expuesta a estos humos puede sufrir desde dolores de cabeza hasta deficiencias en el aprendizaje y ni qué decir del daño que le provoca al ambiente.
Afortunadamente, gente emprendedora ha encontrado la solución a este problema, transformándolo en materias prima para diferentes industrias como goma molida, acero de excelente calidad y nylon, convirtiéndolo además en una fuente importante de ingresos.
El proyecto permite trasformar las llantas usadas en gránulos de caucho que serán utilizados como aditivo asfaltico, disminuyendo el costo del asfalto y aumentando la flexibilidad y el tiempo de vida de los pavimentos.
La planta recicladora se ha propuesto como una unidad de la Empresa Municipal de Servicios de Aseo (EMSA) y tiene una muy buena rentabilidad.
Para el municipio representaría un excelente programa de responsabilidad social pues sería responsable con el medio ambiente y generaría empleos en las operaciones de la planta y para las personas que reciclan llantas. Adicionalmente, el costo de asfaltar una vía bajaría considerablemente.
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