lunes, 13 de agosto de 2012

Arce revela los cinco pilares en plan económico gubernamental


MINISTRO DE ECONOMiA Y FINANZAS DE BOLIVIA, LUIS ARCE CATACORA.

Al intentar colocar un marco teórico al supuesto estado de bonanza que vive el país en materia económica y reflejada en las divisas que actualmente tiene registrado el Estado, el ministro de Economía, Héctor Arce, explicó que este es el fruto de una agenda de Estado que tiene cinco pilares como componentes del crecimiento.

“Esta es nuestra agenda patriótica del bicentenario. Nunca se planteó una agenda estratégica.

Antes se dejaba al mercado para que resuelva los problemas que se presentaban en la economía, ahora hay una planificación. Tampoco es una campaña proselitista, pero la agenda que presentamos tiene cinco pilares”, dijo Arce.

Dos de estos pilares apuntan a eliminar la pobreza y luego buscar la universalización de los servicios públicos; de acuerdo con Arce, el tercer pilar es la industrialización de los recursos naturales, el cuarto es conseguir la seguridad alimentaria en base a una planificación agrícola y el quinto es el tecnológico.

“Los países pequeños somos tomadores de la tecnología de los países grandes, pero se debe apuntar a nuevos objetivos en base a los jóvenes como ocurre en El Alto, donde se advierte que existen buenos recursos humanos”, dijo.

De acuerdo a la interpretación de Arce, en la actual economía nacional hay cuatro actores que se desarrollan de forma distinta, el primero es el Estado planificador y promotor que fija la agenda, el segundo es la empresa capitalista que debe invertir más en el país, el tercer grupo de actores lo conforman las sociedades cooperativas y el cuarto la economía comunitaria que es la forma como producen en el área rural.

Los empresarios privados replican y apuntan a que el Estado hegemonizó varías áreas y trata de marcar el rumbo, tal como sucede con las aerolíneas, en desmedro de los usuarios, mientras la empresa privada se muestra cauta a la hora de invertir por un temor nacido de las políticas de Estado, hecho que incide en el recorte de fuentes de empleo. El tercer componente es la inversión extranjera, que se ha visto limitada por las nacionalizaciones y rupturas de contrato, tal como ocurrió con la Jinda Steel y South American Silver.

Al justificar la iniciativa estatal, Arce señaló que “el Estado debe manejar lo estratégico, bajo reglas de juego bien claras y que los otros deben seguir. No es que se desplace a la inversión privada, ni es lo más importante, lo que pasa es que su papel es apuntalar el diseño y hacer lo que el Estado defina como estrategia”.

Aunque al final de la entrevista que le hicieron en el canal gubernamental, el Ministro destacó que la agenda la construye el Ejecutivo y no sucede como años anteriores en que el Fondo Monetario internacional y el Banco Mundial fijaban estas políticas.

“En Santa Cruz hablaremos sobre el nuevo modelo económico en un par de semanas para hacer conocer las metas estratégicas, el empresariado va a querer participar y el sector privado también tiene que participar”, expresó Arce.

A juicio del Ministro, el presidente Morales se encuentra optimista por el momento económico que vive el país y la reducción de pobreza extrema, que, de acuerdo a su punto de vista se la define como la capacidad de ingreso del ciudadano y se la puede definir como el ingreso de un dólar por día.

“El 2005 heredamos un 38% de extrema pobreza, que es la gente que gana menos de un dólar por día y que se advierte en mayor proporción en el área rural con un 63%, mientras en el área urbana alcanza el 24%. Para superar esta crítica situación aplicamos una serie de políticas concretas”, expresó Arce.

Citó el bono Juan Azurduy, el Juancito Pinto y la Renta Dignidad como elementos para que esta extrema pobreza baje del 38 al 24%. Los analistas consideran que estas medidas son sólo asistencialistas y que no mejoran la economía del país, que gracias al buen momento de los hidrocarburos puede superar la contingencia, pero no incide en la eliminación de la pobreza.

Arce justificó este crecimiento con la comparación en la producción, ya que se pasó de 9 mil millones de dólares a 24 mil millones. “Queda claro que los bolivianos somos capaces de generar excedentes y universalizar los servicios básicos”, destacó convencido de que con el proceso de industrialización la economía nacional triplicará sus ingresos.

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