La 'latita' llegó hasta el Everest
"Allá donde haya un boliviano está Mentisan", es una frase que casi siempre repite Cristian.
La misma se aplica como anillo al dedo a uno de los mayores hitos logrados por las "andaduras" de la "latita", que llegó hasta la cima del monte Everest, el pico más alto de mundo.
El alpinista boliviano Bernardo Guarachi cuenta que en el año 1998 se puso como meta tocar el techo del mundo. En su proeza deportiva, dos fueron los elementos claves que ayudaron culminar su hazaña con éxito, su Biblia y la "latita" de Mentisan. "Me dejaba la piel como la de un niño. También me ayudaba a respirar y a abrir las fosas nasales cuando estaba sin oxígeno. Me ayudaba a velar por mi salud", señala de forma elocuente el deportista.
En una hornilla inglesa
Schilling llegó en 1925 a Bolivia, escapando de adversidad económica, devenida por las condiciones de la paz como a la gran depresión mundial, surgidas en la Alemania después de la primera Guerra Mundial. La República de Weimar no era un lugar próspero, por lo que el inquieto Ernesto de 23 años se aventuró en la fría La Paz, sede Gobierno de Bolivia, país que adoptó como nación y en donde hizo cimientos. Empezó a trabajar con el farmacéutico Carlos Albrecht y tras el fallecimiento de este en 1936 creó, se independizó y fundó su propia empresa. Montó la Droguería Hamburgo en pleno centro de la ciudad. Los primeros productos que se elaboraban y comercializaban eran tintura de yodo, mercurio, cromo, pomada belladona, alcohol, esencias, entre otros.
No fue hasta 1937 que el alemán, con corazón boliviano, mezcló en una hornilla de fabricación inglesa de 15 litros de agua una serie de ingredientes naturales con olor a menta y eucalipto, que dieron vida al popular Mentisan.
Los pocos empleados se alternaban para mezclar los ingredientes con gran paciencia y con cálculo certero colocaba el producto en pequeñas latitas. "Mi padre era estupendo, trabajaba de ocho de la mañana a ocho de la noche, tenía un sistema rígido. No aceptaba que alguien se equivocase. Pero él como persona era muy bueno con la gente y querido por los trabajadores", señala Ernesto Schilling Kriete, hijo del hombre, a quien sus obreros bautizaron como "papá Schilling".
Legado y futuro
Cristian Schilling es el actual gerente de Droguería INTI y es el que dirige el legado de don Ernesto desde el 2009. El ejecutivo, formado en el arte de la administración en la natal Alemania de su abuelo, cuenta que la clave del éxito fue la disciplina y el ejemplo de trabajo heredados de su antepasado y su padre Dieter, además de la calidad inalterable del producto. "Mi abuelo cuando llegó a Bolivia tenía visiones y aspiraciones, creó el Mentisan, que tuvo éxito y aceptación en las familias bolivianas. Su uso se amplió bastante y la calidad nunca ha cambiado", sostuvo.
Entre los planes que tiene INTI para el popular ungüento está el poder conquistar nuevos mercados en el extranjero con él. Desde su creación, hace 75 años, el fármaco, ha llegado a muchos rincones del país. Pero ahora la mira de la "popular latita verde", está en lugares más lejanos del clima de montaña y trópico del país.
La primeras paradas, para el producto serán Perú y Paraguay.
Carlos Jitton, director de Exportaciones de INTI, afirma que entre los potenciales mercados que tiene la pomada están las ya mencionadas naciones y así también los mercados de Macao (China) y Panamá. Además, se tiene un pedido en Taiwán y se pretende retomar como plaza del producto Uruguay. La meta a mediano plazo también está el mercado norteamericano, donde las ventas del producto aún son mínimas, pero que a largo plazo pueden aumentar considerablemente.
Producción en inversión
Son cerca de 4 millones de latas del producto que procesa INTI de forma anual. También produce otras 200 presentaciones, como sueros, fabricadas en la planta de alta tecnología montada en El Alto a principios de los años '80. También elabora vitaminas en base de la cianocobalamina (B12), del C-Vimín, del Tónico Inti y de un sinfín de medicinas como el Pasuma (rido), ahora en base del Sidenafil, para los amantes eternos.
En los últimos cinco años, Droguería INTI ha invertido más de $us 11 millones, principalmente en la construcción e implementación de sus cinco plantas de producción ubicadas en El Alto, que cuentan con la certificación de nivel internacional de Buenas Prácticas de Manufactura (BPM).
Los cambas lo usan más
Si bien el producto tiene su origen en La Paz, en Santa Cruz es donde más popularidad ha ganado. Los surazos que se registran en esta región enferman a más de un cruceño, por lo que tienen que recurrir al medicamento andino para calmar sus dolencias. De acuerdo a las estadísticas que maneja la empresa, en la región oriental se comercializa el 30% de producción, seguido de cerca de La Paz que acapara el 27% y Cochabamba con el 24%. El resto de las ventas se reparten las regiones de Oruro, Tarija, Potosí y Trinidad.
Mil formas de uso
El producto fue concebido con la idea de mejorar los males musculares de los personas que trabajaban en los centros mineros. Desde su creación, ni su propio creador hubiera imaginado las variadas formas de emplear el medicamento. Uno de los usos más populares es aplicar el ungüento con papel periódico, que es planchado, en la espalda de las personas con resfrío.
En fin, sea cual fuere su aplicación, el productos es usado desde los grandes centros mineros, las humildes casas del altiplanos hasta las grandes urbes del país.
"Vamos a retomar a las exportaciones en Uruguay, tenemos contrato para una empresa en Taiwán. En este momento nosotros exportamos a Perú, Paraguay, Macao y Panamá'.
Carlos Jitton
Director de Exportaciones de INTI
"El Mentisan se hacía en un tanque de 15 litros, se calentaban las grasas y los aceites. Lo mismo se hace en el moderno reactor. Antes se colocaba el producto en las latas a mano'.
Gonzalo Muñoz
Gerente Técnico
Símbolo de la industria paceña que genera miles de empleos
En un ambiente donde predomina la inseguridad, la inversión privada se ha estancado, en el país y más aún en La Paz, advierten los analistas dirigentes del sector empresarial. Pero pese a este clima, INTI ha logrado obtener buenos resultados.
La clave de esto según el gerente general de la compañía, Cristian Schilling, es el trabajo alejado de la vida política del país. "No nos metimos en política, no sabemos hacerla, y no queremos aprender. Hemos trabajado con los gobiernos de turno tratando de cumplir todas las leyes (...) creemos que clave del éxito es seguir trabajando por el país porque hay mucho por hacer, hay que lanzar nuevos productos. Entrar a nuevos mercados hay muchas oportunidades. Nos consideramos una empresa símbolo porque nacimos en La Paz y nos vamos a quedar aquí", dice el industrial.
La compañía cuenta con una planilla de 750 trabajadores, pero genera un movimiento que da trabajo indirecto a 20.000 personas.
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