De acuerdo a los datos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, 2010 fue el año del equilibrio en cuanto a población urbana y rural, pero en los próximos años la tendencia es que aumente el número de personas que dejan el campo para vivir en las ciudades.
Sin embargo, según Solis la demanda de cereales aumentará de 1.780 millones de toneladas (t) consumidas en 1997 a 2.343 millones en 2018.
Para el ejecutivo, actualmente se están dando condiciones para que los agricultores tengan que producir cada vez más y con mejor tecnología.
Similar es el criterio de Carlos Buzio, titular de la firma CropLife Latin América, al indicar que el mundo debe aprender a producir más, para las nuevas generaciones y usar la biotecnología para desarrollarse y no padecer hambre.
El escenario mundial
- Desnutrición. Se estima que unas 750.000 personas mueren cada año debido a la desnutrición. A pesar de que hay suficiente alimento, está mal distribuido debido a un problema político a escala global.
- Población. En la actualidad hay más de 7.000 millones de personas y dentro de 40 años se espera llegar a los 10.000 millones; la gran mayoría está en los países en desarrollo.
- Consumo. El consumo per cápita de carne aumenta. En EEUU, una persona consume un promedio anual de 120 kilos, en Europa alrededor de 90 kilos, en América Latina se bordea los 60 kilos, y en países como China, donde antes no comían carne, ya se está llegando a los 30 kilos.
- Tierra. “Hasta un 8% de la tierra agrícola se utiliza para producir biocombustibles, adicionalmente el crecimiento de las ciudades ocupa alrededor del 3 o 4% de la superficie anual, según la multinacional Mahkteshim Agan.
- Problemas. Del lado del rendimiento, cada vez hay más problemas por la escasez de agua, principalmente aquella que puede ser utilizada en agricultura. El cambio climático, la degradación de las tierras, las plagas y malezas afectan a la producción agropecuaria mundial.
- Mercado. “La producción actual de alimentos es suficiente para cubrir la demanda y en algunos años hasta habrá sobreoferta, pero si seguimos con el mismo crecimiento de la población y el mismo nivel de producción, en menos de diez años, la demanda no será satisfecha con la oferta, y ello significará una presión sobre los precios y la gente que no puede pagar, comenzará a sufrir porque no podrá saciar su hambre”. (Fuente: Naciones Unidas).
Si bien la producción de vinos en el país tiene un largo camino por recorrer, el rumbo que sigue es el correcto, y en el mediano y largo plazo podrá alcanzar las metas que se han planteado los productores vitivinícolas y las bodegas de vino en el sur del país, Tarija.
En la Vinoteca, que recientemente abrió una sucursal en Santa Cruz, indicaron que todavía la producción de vino en el país es pequeña en comparación con Chile y Argentina, pero aseguran que va por buen camino. “Cada año se incrementa la producción de vino”, afirmó el presidente de la Asociación Nacional de Industriales Vitivinícolas, José Luis Pórcel, y agrega que los productores del valle y las bodegas crecen y ponen a consideración del público nuevas variedades de uva. Pero igual necesita apoyo para incrementar la producción. Mientras Brasil tiene unas 77.000 hectáreas de cultivo, en Tarija alcanza a cerca de 2.000. En 2010, cinco bodegas apostaron por impulsar la marca ‘Vinos de Bolivia’, este año se sumaron ocho bodegas más.
FODA
- Fortalezas. Se proyecta un incremento de 300 hectáreas para esta gestión y estiman que cada año, en promedio, aumentaron 150 hectáreas en el sector vitivinícola.
- Oportunidades. El sector apuesta a la exportación y para ello trabaja en aumentar la producción y mejorar aún más la calidad. La demanda internacional requiere grandes volúmenes.
- Debilidades. Los productores del país esperan que se pueda trabajar con el Gobierno para incrementar la producción nacional.
- Amenazas. El contrabando es uno de los mayores problemas que enfrentan las industrias vitivinícolas porque ingresa de países vecinos a precios más bajos.
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