“Eso significa que los japoneses, empresas, habitantes, tienen que comprar muchos bienes para reconstruir ese país. Es una oportunidad para los exportadores de todos los países que tienen relación con el Japón”, precisó Zabalaga al ser consultado sobre los efectos que traerá a Bolivia la catástrofe en ese país.
En relación a la exportación de minerales, recordó que los 100 mil millones de dólares que colocó el Gobierno japonés a su economía harán que demande productos como acero y otros para impulsar la reconstrucción.
El efecto contrario podría venir por el encarecimiento en el precio de los repuestos para vehículos que se importan del Japón por un cierto tiempo, entre dos a tres años.
“El Japón no puede vivir permanentemente descalabrado, retomará unos dos años, pero va a tener que reconstruir toda su economía y una situación similar a la del resto de los países”, enfatizó el presidente del BCB.
Según el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Bolivia importa 1.500 productos de Japón de los cuales el 90% corresponde a maquinaria, vehículos, repuestos, accesorios para diferentes equipos.
Las exportaciones nacionales a ese país llegan a más de 100 productos, de los que la gran parte son minerales.
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