Carlos Cueva, que está a punto de culminar la carrera de Administración de Empresa, afirma que no ha decidido qué hará cuando deje las aulas de la Gabriel René Moreno, pero considera que tendrá que buscar un empleo en su campo o en otra área, porque necesita garantizar su sustento.
“Es difícil crear su propia empresa, se requiere apoyo económico y en el país no hay un incentivo de parte del Estado o del sector empresarial para los jóvenes, además el momento político actual no es óptimo”, dijo. Él es sólo uno de los cientos de bachilleres y universitarios que no han pensado en asumir el desafío de un emprendimiento privado, sino en buscar un trabajo estable que les garantice un salario fijo.
Sin embargo, las cifras de Fundempresa revelan que es posible llevar adelante emprendimientos. Sólo entre enero y marzo de este año se inscribieron 2.264 nuevas empresas, la mayoría ubicada en La Paz, Santa Cruz y Cochabamba y unipersonales. La cifra subió si se compara con el mismo periodo de la gestión pasada, 2.152.
Pese a que el espíritu emprendedor, tanto en el campo empresarial como profesional, está despegando en el país, algunos pedagogos consideran que se debe atacar las causas para que tenga un impacto mayor entre los estudiantes y universitarios.
Zoraida Espinoza, directora departamental de los colegios Fe y Alegría, afirma que esto se debe a la idiosincrasia boliviana. “Nuestro sistema educativo no está tan dedicado como se quisiera a la formación integral de la persona, aunque se dice que es más integral, pero no hacemos énfasis en la formación humana, todavía nos manejamos con la parte cognitiva, los números, los contenidos y no así con la reflexión, el análisis, la crítica y la experiencia de la vida diaria”, sostuvo.
También atribuye a los niveles de pobreza que registra el país. Dice que Bolivia es una sociedad económicamente pobre, por eso muchos jóvenes cuando están en la secundaria ya buscan un empleo, y eso, por un lado está bien, porque están buscando su autosostenimiento, pero lo negativo es que muchos abandonan el estudio y optan por una remuneración segura. Además, cree que no basta tener ganas, ideas creativas y brillantes; se necesita apoyo económico para adquirir maquinaria e insumos básicos para arrancar.
Las jornadas de orientación lideradas por la Federación de Profesionales pudieron palpar esta falencia de cerca. De los 16.000 bachilleres que anualmente reclutaban en el campo ferial para las jornadas de orientación vocacional, una mayoría no mostraba interés por ser independiente, arriesgar y asumir un desafío empresarial, comentó la gerente de dicha institución, Aidee Zardán.
Otra prueba de ello es que la mayor inclinación profesional de los jóvenes estaba centrada en las carreras tradicionales, las cuales han saturado el mercado laboral, como Derecho y Medicina, seguidas de las ingenierías, sobre todo de Sistemas, Petrolera y Ambiental.
Óscar Callejas, vicerrector de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno, admite que falta avanzar en este sentido y afirma que la entidad estatal ya trabaja en los nuevos planes curriculares con la finalidad de que éstos respondan a la realidad del mercado laboral, aunque considera que algunas carreras, como Bioquímica y Farmacia otorgan mayor facilidad para el emprendimiento empresarial que otras. “Creo que se debe al modelo y a la forma en que estamos trabajando. No promovemos el factor ‘actitudinal’ en el estudiante, más nos abocamos al conocimiento, al saber y el saber hacer, y no así a los valores, principios, iniciativas y al trabajo en equipo, y es eso precisamente lo que estamos buscando con el mejoramiento académico”, subrayó.
No obstante, considera que el ‘emprendedurismo’ se lo debe ver desde dos puntos de vista, uno desde el crear una actividad económica, y el segundo desde las iniciativas que tiene el profesional para desarrollar mejor su actividad o rol en su puesto de trabajo, puesto que también se requieren ideas y la pertinencia para poder reducir los tiempos que le demandan una actividad. Citó algunos ejemplos de empresas éxitosas lideradas por el ex universitarios de la estatal y profesionales que actualmente se destacan en el ámbito privado y público.
Dos ejemplos
La UPSA
Desde su creación promueve la filosofía del emprendimiento en todas sus carreras. Desde el año 2003 cuenta con el Centro de Emprendimiento, unidad que tiene el objetivo de promover cultura emprendedora en la región a través de foros, conferencias, participación y apoyo a eventos, aunque no hay estadísticas, pero sí algunos ejemplos. Además, promueve la feria de emprendimientos desde 2006. Fuente: Vanya Roca/Directora Académica.
Col. Emprendedor
Su currícula tiene destinada varias horas a la materia de empresa y además el resto de las asignaturas cuentan con la filosofía de ser un emprendedor. Los estudiantes de secundaria desarrollan proyectos empresariales tal y cual una iniciativa privada real y éstas son trabajadas y defendidas ante un jurado de docentes universitarios. Eso los prepara mejor para la etapa universitaria. Fuente: Jacqueline Rocha/coordinadora de secundaria.
Cadepia apuesta por bachilleres
La Cámara Departamental de la Pequeña Industria y Artesanía de Santa Cruz ha optado por una estrategia dirigida a los bachilleres, basada en tres pilares: liderazgo, ‘emprendedurismo’ y cualificación.
Josué Rodríguez, gerente de dicha entidad, sostiene que en el marco de mejorar la cadena productiva y los recursos humanos, con la finalidad de que sean más competitivos, se ha creado el proyecto dirigido a los bachilleres emprendedores. “Queremos que los hijos de nuestros trabajadores asuman un rol emprendedor. Una de las amenazas de las pymes ha sido la migración de mano de obra; entonces, queremos que nuestra juventud se convierta en una nueva masa productiva comprometida”, sostuvo.
La estrategia apunta a los estudiantes de cuarto medio, hijos de migrantes, que puedan desarrollarse como líderes empresariales o políticos. Podrán formarse y capacitarse en marketing, administración o finanzas. “Está demostrado que en periodos de crisis la gente de las pymes es creativa y tenaz, pese a las limitaciones técnicas”, indicó.
“Es difícil crear su propia empresa, se requiere apoyo económico y en el país no hay un incentivo de parte del Estado o del sector empresarial para los jóvenes, además el momento político actual no es óptimo”, dijo. Él es sólo uno de los cientos de bachilleres y universitarios que no han pensado en asumir el desafío de un emprendimiento privado, sino en buscar un trabajo estable que les garantice un salario fijo.
Sin embargo, las cifras de Fundempresa revelan que es posible llevar adelante emprendimientos. Sólo entre enero y marzo de este año se inscribieron 2.264 nuevas empresas, la mayoría ubicada en La Paz, Santa Cruz y Cochabamba y unipersonales. La cifra subió si se compara con el mismo periodo de la gestión pasada, 2.152.
Pese a que el espíritu emprendedor, tanto en el campo empresarial como profesional, está despegando en el país, algunos pedagogos consideran que se debe atacar las causas para que tenga un impacto mayor entre los estudiantes y universitarios.
Zoraida Espinoza, directora departamental de los colegios Fe y Alegría, afirma que esto se debe a la idiosincrasia boliviana. “Nuestro sistema educativo no está tan dedicado como se quisiera a la formación integral de la persona, aunque se dice que es más integral, pero no hacemos énfasis en la formación humana, todavía nos manejamos con la parte cognitiva, los números, los contenidos y no así con la reflexión, el análisis, la crítica y la experiencia de la vida diaria”, sostuvo.
También atribuye a los niveles de pobreza que registra el país. Dice que Bolivia es una sociedad económicamente pobre, por eso muchos jóvenes cuando están en la secundaria ya buscan un empleo, y eso, por un lado está bien, porque están buscando su autosostenimiento, pero lo negativo es que muchos abandonan el estudio y optan por una remuneración segura. Además, cree que no basta tener ganas, ideas creativas y brillantes; se necesita apoyo económico para adquirir maquinaria e insumos básicos para arrancar.
Las jornadas de orientación lideradas por la Federación de Profesionales pudieron palpar esta falencia de cerca. De los 16.000 bachilleres que anualmente reclutaban en el campo ferial para las jornadas de orientación vocacional, una mayoría no mostraba interés por ser independiente, arriesgar y asumir un desafío empresarial, comentó la gerente de dicha institución, Aidee Zardán.
Otra prueba de ello es que la mayor inclinación profesional de los jóvenes estaba centrada en las carreras tradicionales, las cuales han saturado el mercado laboral, como Derecho y Medicina, seguidas de las ingenierías, sobre todo de Sistemas, Petrolera y Ambiental.
Óscar Callejas, vicerrector de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno, admite que falta avanzar en este sentido y afirma que la entidad estatal ya trabaja en los nuevos planes curriculares con la finalidad de que éstos respondan a la realidad del mercado laboral, aunque considera que algunas carreras, como Bioquímica y Farmacia otorgan mayor facilidad para el emprendimiento empresarial que otras. “Creo que se debe al modelo y a la forma en que estamos trabajando. No promovemos el factor ‘actitudinal’ en el estudiante, más nos abocamos al conocimiento, al saber y el saber hacer, y no así a los valores, principios, iniciativas y al trabajo en equipo, y es eso precisamente lo que estamos buscando con el mejoramiento académico”, subrayó.
No obstante, considera que el ‘emprendedurismo’ se lo debe ver desde dos puntos de vista, uno desde el crear una actividad económica, y el segundo desde las iniciativas que tiene el profesional para desarrollar mejor su actividad o rol en su puesto de trabajo, puesto que también se requieren ideas y la pertinencia para poder reducir los tiempos que le demandan una actividad. Citó algunos ejemplos de empresas éxitosas lideradas por el ex universitarios de la estatal y profesionales que actualmente se destacan en el ámbito privado y público.
Dos ejemplos
La UPSA
Desde su creación promueve la filosofía del emprendimiento en todas sus carreras. Desde el año 2003 cuenta con el Centro de Emprendimiento, unidad que tiene el objetivo de promover cultura emprendedora en la región a través de foros, conferencias, participación y apoyo a eventos, aunque no hay estadísticas, pero sí algunos ejemplos. Además, promueve la feria de emprendimientos desde 2006. Fuente: Vanya Roca/Directora Académica.
Col. Emprendedor
Su currícula tiene destinada varias horas a la materia de empresa y además el resto de las asignaturas cuentan con la filosofía de ser un emprendedor. Los estudiantes de secundaria desarrollan proyectos empresariales tal y cual una iniciativa privada real y éstas son trabajadas y defendidas ante un jurado de docentes universitarios. Eso los prepara mejor para la etapa universitaria. Fuente: Jacqueline Rocha/coordinadora de secundaria.
Cadepia apuesta por bachilleres
La Cámara Departamental de la Pequeña Industria y Artesanía de Santa Cruz ha optado por una estrategia dirigida a los bachilleres, basada en tres pilares: liderazgo, ‘emprendedurismo’ y cualificación.
Josué Rodríguez, gerente de dicha entidad, sostiene que en el marco de mejorar la cadena productiva y los recursos humanos, con la finalidad de que sean más competitivos, se ha creado el proyecto dirigido a los bachilleres emprendedores. “Queremos que los hijos de nuestros trabajadores asuman un rol emprendedor. Una de las amenazas de las pymes ha sido la migración de mano de obra; entonces, queremos que nuestra juventud se convierta en una nueva masa productiva comprometida”, sostuvo.
La estrategia apunta a los estudiantes de cuarto medio, hijos de migrantes, que puedan desarrollarse como líderes empresariales o políticos. Podrán formarse y capacitarse en marketing, administración o finanzas. “Está demostrado que en periodos de crisis la gente de las pymes es creativa y tenaz, pese a las limitaciones técnicas”, indicó.
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