Zulma Chambi, gerente de la Asociación Nacional de Industrias Lácteas (Andil), señaló que la situación de las industrias pequeñas y medianas es crítica y sensible a la competencia de la Gran Industria, Industria Estatal y principalmente a los productos de contrabando que ingresan al país de manera permanente.
“La diferencia de precios es variable considerando el precio de los lácteos importados y de los de contrabando, cuya brecha es mucho mayor, por ejemplo, se llegó a tener precios de productos de contrabando 25% más baratos que la producción nacional”, dijo.
La difícil y compleja situación del sector hace que las industrias opten por trabajar a ‘media máquina’, a esto se suma que productos como la mantequilla, el queso y yogurt, no pueden ser almacenados por muchos días.
La internación de los productos lácteos foráneos llega hasta los mercados de la ciudad donde se comercializan a menor precio, desde leche en polvo, dulce de leche, entre otros, procedentes en gran parte desde Argentina.
Por ejemplo, el precio de la leche de fórmula de la marca Nutrilon de 800 gramos se comercializa en Bs 110, mientras que su precio en las farmacias bordea los Bs 180. En tanto que la internación de todo tipo de productos lácteos de forma legal es notoria en los supermercados, con artículos procedentes desde Argentina, Brasil, Colombia, Paraguay, e incluso EEUU, evidenció EL DEBER.
Esta situación corrobora los datos del IBCE, que indican que las importaciones de lácteos superaron a las exportaciones en 2018, con una diferencia de $us 8 millones en favor de las primeras.
De igual forma, Ernesto Antelo, gerente de la Planta Elaboradora de Queso San Javier, manifestó que las cargas impositivas, los incrementos salariales y el contrabando están liquidando al sector.
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