La Canabe propuso al Gobierno rebajar por seis meses los aranceles para las importaciones del sector, del 40 al 20%, para que el sector formal crezca y las recaudaciones del ICE se incrementen, un fenómeno que a su vez reducirá el mercado informal.
La institución, conformada por importadoras de bebidas y productores locales, presentó la petición al Ejecutivo a través de un estudio que cuestiona el fin e impacto del Decreto 2657, que desde enero de 2016 elevó los aranceles para el rubro del 10 al 40%.
“Esa norma era para salvaguardar la producción nacional, cuando en Bolivia no se produce whisky o ron de calidad”. Entonces, “todos los importadores entramos a la misma bolsa del incremento tributario sin haberse hecho antes un estudio de qué era lo conveniente o no”, recuerda Karina Herbas, presidenta de la Cámara Nacional de Bebidas (Canabe).
El alza impositiva derivó en el cierre de empresas dedicadas a la importación legal de bebidas alcohólicas y en la correspondiente disminución de empleos generados por el rubro, así como en la menor percepción del Impuesto al Consumo Específico (ICE), según la Canabe, que respalda las conclusiones de su investigación en datos oficiales.
Este contexto trae consigo además otros efectos para la economía, ya que al contraerse este sector formal se registra una menor recaudación de los impuestos al Valor Agregado (IVA), a las Transacciones (IT) y a las Utilidades de las Empresas (IUE); además de la proliferación de bebidas adulteradas y falsificadas en el mercado local, con el consecuente riesgo para la salud de la población.
Según un estudio de Euromonitor con datos a 2016, Bolivia pierde al menos $us 102,2 millones en impuestos por el mercado ilegal del alcohol, el cual mueve cada año más de $us 219 millones.
“Está demostrado. Si se sube demasiado el impuesto a la importación de bebidas, se desincentiva a las empresas formales y —por la diferencia final de precios al consumidor— se fomenta el contrabando, lo que causa al Estado muchas pérdidas”, afirma Ana Cisneros, asesora legal de la Canabe y autora del estudio.
Por ejemplo, tras la aprobación del Decreto Supremo 2657, las recaudaciones del ICE en el sector de bebidas alcohólicas bajaron de Bs 120,18 millones en 2015 a 117,43 millones en 2016 y a 117,37 millones el año pasado, lo cual es llamativo ya que la demanda por esta mercadería sigue en aumento en el mercado nacional, producto del crecimiento de la población y de la mejora de la economía.
La investigación indica que la diferencia entre oferta formal y demanda total es llenada por mercadería falsificada, adulterada y de contrabando, que se llega a vender hasta en la mitad del precio que las bebidas legales, lo que a su vez explica la mayor preferencia de los compradores por estas bebidas.
De tener una respuesta favorable a la reducción del ICE a 20%, “todos los miembros de la Canabe tendrían que llegar al consumidor final a un menor precio, pero no por un interés de intercambio, sino por un tema de mercado; para competir con los productos de contrabando, lo cual es muy difícil”, dice la asesora legal.
Si la medida llega a tener vía libre, “lo que va a tener el Gobierno es mayor importación de bebidas, aumento del empleo, disminución del mercado paralelo ilegal y menos productos adulterados con efectos negativos en la salud de la población. Los beneficios son para todos”, concluye.
Bebida adulterada se fabrica en plantas extranjeras
Las facilidades que encuentra el ingreso ilegal de mercaderías a Bolivia permitió en los últimos años la instalación en poblaciones fronterizas de países vecinos de “grandes fábricas” que producen bebidas alcohólicas adulteradas para el mercado boliviano.
Es la alerta de Karina Herbas, presidenta de la Cámara Nacional de Bebidas (Canabe).
“En regiones fronterizas como Tacna (Perú), hay grandes fábricas de adulteración de marcas”, cuya producción “ingresa al país como contrabando” y se vende “a precio de contrabando”.
“Las señoras de los mercados (informales), inclusive, son engañadas porque piensan que están comprando un producto genuino y que están vendiendo una bebida original”, cuenta a su vez Ana Cisneros, asesora legal de la Canabe.
“El consumidor boliviano compra el producto porque le aseguran que es legal o porque dice ‘ZofraTacna’ en la botella”, dice la principal ejecutiva de la Cámara.
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