Las bebidas alcohólicas que ingresan al país de contrabando lo hacen por Cobija, Desaguadero, Pisiga, Guayaramerín, Puerto Quijarro, Bermejo, Villazón y Yacuiba, según un estudio realizado por Euromonitor.
Por la capital pandina ingresa, principalmente, cerveza de origen brasileño y peruano, que no tiene representación en Bolivia, y también otros alcoholes como el ron. En Desaguadero, además de cerveza peruana, se internan bebidas falsificadas e importadas desde Panamá.
Entre tanto, por Bermejo, Villazón y Yacuiba se introduce al país de forma ilegal vino, fernet, cervezas argentinas y destilados en general. Por Pisiga entran, sobre todo, vinos en cartón.
En Puerto Quijarro y Guayaramerín ocurre algo similar a lo que sucede en Cobija, ya que se introducen mayoritariamente cervezas brasileñas. En la ciudad beniana también ingresan de alijo ron y whisky.
Para el economista Teófilo Caballero, falta control por parte de las instituciones estatales para verificar la adulteración y falsificación de bebidas. A decir del experto, en el país cualquier persona puede vender productos de consumo masivo sin ningún control fitosanitario y de calidad. Eso ocasiona que los habitantes corran el riesgo de contraer cualquier enfermedad por la irresponsabilidad del Gobierno nacional y de los municipios encargados de esas actividades.
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