Los rubros de carpintería y de venta de madera para la construcción de viviendas están en crisis. Por un lado, el reemplazo de la madera por la melanina, la comercialización de muebles chinos y brasileros, además de las ferias itinerantes de muebles de producción paceña, han puesto en serios aprietos a los carpinteros de Sucre. Por el otro, la madera empieza a ser sustituida por el metal en las construcciones.
Según Luis Téllez, propietario de Tecno Carpintería San Juanillo, negocio con una antigüedad de 43 años, para la venta de muebles siempre hubo demanda por el constante aumento de la población. Sin embargo, esta realidad cambió en los últimos años.
Él identifica algunas variables que, en su criterio, desestabilizaron a todas las carpinterías de Sucre; la primera es: el uso de melanina (tablero aglomerado de partículas —astillas y serrín— recubierto por ambos lados de una película impregnada en resina cubriendo totalmente la superficie) en vez de madera.
Esta opción resulta práctica y económica, pero la desventaja es que tiene una corta vida útil porque los muebles de melanina se dañan con facilidad. Quienes los fabrican no usan cola sino tornillos y Téllez dice que si un trabajo en madera toma semanas, en melanina solo unos días y, además, este producto no necesita barniz porque tiene un fino acabado.
Por otra parte, los carpinteros locales sienten que les afecta el ingreso y la venta de muebles de fabricación china, que atraen a los clientes especialmente por su variedad de modelos.
La última variable, según Téllez, son las ferias itinerantes de muebles que realizan productores paceños en Sucre. “Ellos han retaceado, han restado nuestra producción, porque ya no tenemos tanto pedido”, enfatiza él.
Al respecto, protesta al señalar que instituciones chuquisaqueñas, como COTES, la Alcaldía o la Universidad San Francisco Xavier, apoyan emprendimientos de otros departamentos patrocinando ese tipo de ferias con publicidad en canales de televisión o dotando espacios físicos, en desmedro de la economía de Sucre.
“Hace 20 años los carpinteros de Sucre quisimos hacer una feria y las autoridades nos negaron, no nos permitían hacer en ningún lado. Finalmente, contra viento y marea llevamos a cabo la feria recurriendo a instituciones privadas y pagando alquiler por el uso de ambiente en la ex Hansa y La Papelera. Si nosotros fuéramos a El Alto o La Paz, estoy seguro de que nos botan, nos sacan tostando”, dice, molesto.
Carpinterías en Sucre
De acuerdo a los datos de un censo realizado por el Servicio de Asistencia Técnica (SAT) en 1998, ese año en Sucre había 400 carpinterías. Ahora se calcula que son alrededor de 1.500, entre grandes, medianas y pequeñas.
Sin embargo, hay unas 40 barracas afiliadas a una asociación cuya personería jurídica será emitida por la Gobernación de Chuquisaca en los próximos días. Tomando en cuenta a las que no están legalmente establecidas, se dice que serían unas 130 en total.
Téllez asegura que las políticas gubernamentales aplicadas en los últimos años han ido obligando a las carpinterías a despedir personal. En su caso, hasta hace cinco años tenía 30 empleados y en temporada alta, 40. En la actualidad solo da trabajo a cinco personas.
Estima que las ventas en su carpintería se redujeron en un 60%, comparándolas con las de los últimos dos años. “Estoy hablando a nombre de todas las carpinterías de Sucre, las políticas del Gobierno nos están acogotando. ¿Qué será en las más pequeñas?”, remarca.
Tecno Carpintería San Juanillo
Tecno Carpintería San Juanillo, que está a cargo de Téllez hace 32 años, se especializa en la construcción de mobiliario para el hogar y la oficina con madera roble y tablero aglomerado de roble. Sus proveedores proceden de Santa Cruz y Beni.
En cuanto al hogar, ofrece empotrados para cocinas y vestidores, mobiliario completo para dormitorios, juegos de living y comedor, modulares, además de marcos, puertas y ventanas. Para la oficina, escritorios, estantes y una amplia variedad de enseres.
Barraca Carpintería San Antonio
Esta barraca y carpintería empezó a comercializar madera cerrada con la especie mara hace 42 años. Luego, amplió su oferta a otros tipos de madera y a la comercialización del área de carpintería con la elaboración de puertas, muebles y pisos.
Según su gerente, Milton Coronado, este año las ventas decayeron estrepitosamente en comparación a 2016 y 2015. Por entonces manejaban un volumen mensual de cinco camionadas de la especie de madera ochoo, pero este año se redujo a una camionada (es decir, un promedio de 15.000 pies de madera).
En 2016 el pie de madera tuvo un pico máximo en su precio de Bs 7. Hace dos meses bajó hasta Bs 2,7 y en estos días se estabiliza entre 3,30 y 3,50 bolivianos el pie.
Barraca Toborochi
La propietaria de la Barraca Toborochi, Janet Dulón, informa a este suplemento que este año sus ventas se redujeron en un 50% en comparación a 2015 y 2016 y, según sus proyecciones, tienden a bajar aún más.
“Estamos viviendo una crisis total, hay una lucha de precios frontal y la ABT (Autoridad de Bosques y Tierras) está muy estricta en cuanto a sus exigencias; todo requiere de un trámite administrativo que se debe cancelar”, puntualiza ella.
También dice que “todo lo que es construcción está paralizado, solo nos estamos dedicando a vender madera a personas particulares (…) No hay circulante, la gente está dedicándose a otros rubros o está saliendo del país; entonces, yo realmente no le veo una solución. La verdad es que yo creo que, como vamos, optaremos por ir cerrando”.
Algunas variedades
Coronado sostiene que la madera que más circula en Sucre es la ochoo. Se usa para cimientos, columnas y vaciado de losas. Le siguen el almendrillo, verdolago y tajibo para techos y pisos.
Dependiendo de la especie, ellos trabajan con proveedores de toda Bolivia. A Sucre traen tajibo de San Ignacio de Velasco; almendrillo y verdolago de Ixiamas; mara de Alto Beni y tarara de Concepción, también —como San Ignacio— de la Chiquitanía.
Hay una gran variedad de madera en los distintos bosques bolivianos. Estudios demuestran que algunas especies se adecuan de diferente forma a la temperatura y, en general, al clima de cada ciudad.
Por ejemplo un tajibo que crece en el Beni puede ser funcional para un lugar, pero inadecuado para otro. Además, una misma especie de madera puede variar de características según crezca en tal o cual sector del país, según explicaron a CAPITALES varios carpinteros de la ciudad.
Más críticas a los melamínicos
Coronado coincide con Téllez al señalar que la venta de muebles chinos le ha quitado mercado a la industria local. “Normalmente vienen en melamínicos y aglomerados. Sí tienen un acabo elegante y fino, pero no son duraderos porque no son de madera”, afirma él.
Por ejemplo, dice que en un edificio que se construye para la venta de departamentos es poco probable que usen madera si tienen la opción del melamínico, que cuesta aproximadamente 50% menos.
Al tratarse de desechos de la madera, como el aserrín y la viruta, que se compactan con pegamentos especiales, los roperos empotrados, muebles de cocina e incluso los pisos flotantes que se fabrican con este material corren el riesgo de podrirse por abajo cuando se les echa agua.
Además, Coronado remarca que, si bien se ponen capas de barniz, colores y otros, la melanina no tiene la misma consistencia de la madera, por tanto su vida útil es corta.
“Muchos hoy en día buscan lo más práctico. Por los ojos entra el gusto, ven un mueble armado y dicen: ‘quiero ese mueble’ y en el mismo día está en su casa. Se arman a pedido y a medida de los requerimientos del cliente. En cambio, el tipo de clientes que tengo busca artículos de calidad, de madera mara, cedro, quina, roble y nogal”, agrega.
El Gobierno dice que trabaja para proteger a la industria nacional
En una declaración a varios medios de comunicación realizada el 6 de octubre pasado, el ministro de Desarrollo Productivo y Economía Plural, Eugenio Rojas, dijo, refiriéndose al ingreso de muebles de industria china o brasileña a Bolivia, que están trabajando en la protección de la industria nacional, ya que las normativas internacionales con la Comunidad Andina (CAN) y el Mercado Común del Sur (MERCOSUR) son complejas.
“Por tanto en ese marco tenemos que movernos. No es prohibir nomás, mucha gente dice hay que prohibir; si vamos a prohibir, a nosotros también nos van a prohibir otras exportaciones. En esa línea trabajamos, para que no afectemos en algún momento a todos los productores. Entonces, es mejor proteger a través de las normativas”, afirmó la autoridad.
Al respecto, el gerente de Barraca Carpintería San Antonio, Milton Coronado, señala que se enfrentan a constantes cambios de la normativa de la Autoridad de Bosques y Tierras. Su negocio, así como otros del mismo rubro, son rigurosamente controlados y regulados, según la información proporcionada a CAPITALES por sus responsables.
Ellos aseguran que estaban en proceso de acomodarse a las nuevas disposiciones, pero tropezaron este año con cambios en la normativa de la ABT.
Por ejemplo, mencionaron que para sacar madera a Yotala o al valle, que están muy cerca de la ciudad, hay trancas de inspección.“Toda la madera que traemos es legal y hasta que llegue a Sucre pasa por un proceso de control riguroso en diferentes trancas. No vemos la necesidad de que se tenga que hacer más trámites para sacar la madera que está en Sucre hacia el chaco o a Yotala antes de llegar a las trancas. Eso nos quita varias horas de tiempo y en muchos casos los clientes se aburren”, reclama Coronado.
Al respecto, desde la ABT informan que para la emisión del CEFO (certificación), esa institución demora solamente entre 10 a 15 minutos. El trámite cuesta Bs 140.
La madera está siendo reemplazada por metal en las edificaciones
El arquitecto Freddy López, propietario de un empresa constructora, asegura que la madera está siendo reemplazada por material metálico en las edificaciones de Sucre.
Muchos utilizan hoy en día los puntales metálicos de eucalipto en vez de los de madera porque son más convenientes y tienen un uso práctico. Son graduables, no se desperdicia madera y proporcionan un mayor tiempo de vida, agrega él.
Para armar las vigas, llamadas también “rieles” (para sujetar el encofrado de la loza) que miden 2x4, algunos contratistas están utilizando perfiles metálicos —algo que antes no ocurría—, perjudicando a las barracas.
En el mismo encofrado de cimientos y sobrecimientos se usan chapas estándares de metal que duran unos diez años, en cambio en madera se puede utilizar hasta cuatro veces máximo porque se tuerce. Pero si los trabajadores le dan un cuidado responsable a la madera, se puede usar hasta seis veces en los encofrados.
“La tecnología está avanzando. Desde el año pasado, en las obras ya no se usan cerchas de madera sino de perfil metálico”, sostiene López.
El Gobierno dice que trabaja para proteger a la industria nacional
En una declaración a varios medios de comunicación realizada el 6 de octubre pasado, el ministro de Desarrollo Productivo y Economía Plural, Eugenio Rojas, dijo, refiriéndose al ingreso de muebles de industria china o brasileña a Bolivia, que están trabajando en la protección de la industria nacional, ya que las normativas internacionales con la Comunidad Andina (CAN) y el Mercado Común del Sur (MERCOSUR) son complejas.
“Por tanto en ese marco tenemos que movernos. No es prohibir nomás, mucha gente dice hay que prohibir; si vamos a prohibir, a nosotros también nos van a prohibir otras exportaciones. En esa línea trabajamos, para que no afectemos en algún momento a todos los productores. Entonces, es mejor proteger a través de las normativas”, afirmó la autoridad.
Al respecto, el gerente de Barraca Carpintería San Antonio, Milton Coronado, señala que se enfrentan a constantes cambios de la normativa de la Autoridad de Bosques y Tierras. Su negocio, así como otros del mismo rubro, son rigurosamente controlados y regulados, según la información proporcionada a CAPITALES por sus responsables.
Ellos aseguran que estaban en proceso de acomodarse a las nuevas disposiciones, pero tropezaron este año con cambios en la normativa de la ABT.
Por ejemplo, mencionaron que para sacar madera a Yotala o al valle, que están muy cerca de la ciudad, hay trancas de inspección.“Toda la madera que traemos es legal y hasta que llegue a Sucre pasa por un proceso de control riguroso en diferentes trancas. No vemos la necesidad de que se tenga que hacer más trámites para sacar la madera que está en Sucre hacia el chaco o a Yotala antes de llegar a las trancas. Eso nos quita varias horas de tiempo y en muchos casos los clientes se aburren”, reclama Coronado.
Al respecto, desde la ABT informan que para la emisión del CEFO (certificación), esa institución demora solamente entre 10 a 15 minutos. El trámite cuesta Bs 140.
La madera está siendo reemplazada por metal en las edificaciones
El arquitecto Freddy López, propietario de un empresa constructora, asegura que la madera está siendo reemplazada por material metálico en las edificaciones de Sucre.
Muchos utilizan hoy en día los puntales metálicos de eucalipto en vez de los de madera porque son más convenientes y tienen un uso práctico. Son graduables, no se desperdicia madera y proporcionan un mayor tiempo de vida, agrega él.
Para armar las vigas, llamadas también “rieles” (para sujetar el encofrado de la loza) que miden 2x4, algunos contratistas están utilizando perfiles metálicos —algo que antes no ocurría—, perjudicando a las barracas.
En el mismo encofrado de cimientos y sobrecimientos se usan chapas estándares de metal que duran unos diez años, en cambio en madera se puede utilizar hasta cuatro veces máximo porque se tuerce. Pero si los trabajadores le dan un cuidado responsable a la madera, se puede usar hasta seis veces en los encofrados.
“La tecnología está avanzando. Desde el año pasado, en las obras ya no se usan cerchas de madera sino de perfil metálico”, sostiene López.
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