La Cámara de Nacional de Industrias (CNI) detectó seis “problemas” que durante la última década evitaron un mayor crecimiento del sector. De continuar esta situación, alertó, el desempleo y la informalidad crecerán.
Según el documento Exclusión de la industria manufacturera en las políticas de gobierno del ente matriz de los industriales del país, el rubro se ve afectado por el contrabando y la informalidad (1), la política salarial (2), la competencia desigual de las empresas públicas (3), el acoso tributario (4) y regulatorio (5), y normas que no están acordes a la realidad del país (6).
“No hemos sido prioridad para este Gobierno en estos (últimos) 10 años. A pesar de los discursos, la industria fue excluida en la agenda del Ejecutivo. No hemos dado un salto cuantitativo ni cualitativo y no hay condiciones para avanzar”, afirmó el presidente de la CNI, Horacio Villegas.
Según los representantes de la institución, el contrabando y la informalidad representan una competencia desleal y desigual para la industria legal con los $us 2.213 millones en artículos manufacturados que en promedio se comercializaron por año desde 2007.
Gran parte de este volumen de productos ilegales e informales se tiene que sustituir con producción nacional, consideró el vicepresidente de los industriales, Ibo Blazicevic. De lo contrario, subrayó, “los empleos están en peligro y se potenciaría la informalidad y la desindustrialización en Bolivia”.
La política salarial, que por ejemplo promovió el incremento en 103% del salario mínimo real nacional en 10 años y autorizó el pago del doble aguinaldo por tres años (2013, 2014 y 2015), mejoró asimismo la capacidad adquisitiva de los trabajadores, pero incrementó también —al tener la economía más circulante— el valor de los insumos en el mercado, lo que a su vez eleva los costos de producción de las empresas y reduce su margen de ganancia.
El tercer problema identificado por la CNI es la competencia de las estatales, en las que las inversiones aumentaron de $us 5,17 millones en 2007 a 761,5 millones.
Bolivia, de acuerdo con la institución, tiene al momento 18 empresas en el sector industrial, en los rubros de papel (Papelbol), cemento (Ecebol), fertilizantes (EEPAF), semillas (EEPS), miel (Promiel), vidrios (Envibol), fundición (Vinto), alimentos (Emapa), lácteos (Lacteosbol), cartones (Cartonbol), almendras (EBA), plásticos (EBIH), azúcar (Easba), textiles (Senatex), computadoras y celulares (Quipus), camélidos (Yacana) y electricidad (ENDE), además de las subsidiarias de la Corporación de las Fuerzas Armadas para el Desarrollo Nacional (Cofadena).
El acoso tributario es confirmado por el Foro Económico Mundial, que ubica a Bolivia como el segundo país de una lista de 138 economías del mundo donde más impuestos se paga.
La excesiva fiscalización, asimismo, se ejemplifica con la aprobación por parte de la Autoridad de Empresas del Reglamento de Sanciones e Infracciones Comerciales Contables, que aumenta la presión sobre los procedimientos administrativos del rubro.
El marco regulatorio que no está acorde a la realidad, a su vez, se ejemplifica con el reciente incremento de las tarifas de gas y la obligación a las empresas de ser agentes de información de sus comisionistas del régimen tributario simplificado y personas naturales, lo que significa que las industrias que tienen 10 o más de 100 productos deben elaborar una base de datos con la información de contribuyentes o compradores y remitirla mensualmente a Impuestos Nacionales.
Para superar estos problemas, la CNI encaminó desde hace tres año diálogos públicos privados desde el momento en que no han generado resultados. Ante este panorama, dijo el titular de la CNI, “es necesario recordar que las industrias piensan en décadas, no en años ni en meses, que generan inversiones y empleos de calidad y que también son incubadoras de otras industrias, por eso su importancia”. Desde 2007, reconoció Villegas, el sector se expandió, sin embargo “lo ideal” en la década de bonanza “era crecer el triple”.
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