Bolivia compra al menos $us 50 millones en alimentos al mes, una cifra que podría acrecentarse debido a la falta de incentivos para mejorar la productividad del sector agropecuario, según analistas.
“La importación de alimentos se ha ido incrementando de forma considerable desde el 2007. Cada mes se compra del exterior más de $us 50 millones”, de acuerdo con un reporte de la Fundación Jubileo elaborado con base en datos del Instituto Nacional de Estadística.
En el primer bimestre, el valor de estas compras llegó a los $us 108 millones, 28,9% más que en similar periodo de la gestión anterior. La cifra, indica la fundación, podría ser mucho mayor si se añade a ésta el valor de la mercadería internada vía contrabando.
Los productos más importados fueron aquellos destinados a la preparación de bebidas, concentrados de proteínas, condimentos, sazonadores y café (22,2%). En segunda instancia se encuentran la harina de trigo y la malta (21,2%), y en tercer lugar los cereales (11,3%). Los alimentos elaborados que más se internaron fueron los destinados al consumo de los hogares, con un 58% del total.
Efectos. El principal país proveedor de esta mercadería es Argentina (44%), seguido de Chile (13%), Brasil (11%), Estados Unidos (10%), Perú (8%) y Colombia, México y China, cada uno con 2%.
“Ése es un dinero que está saliendo de Bolivia y que al final está beneficiando al productor agropecuario” de otro país, afirmó el director de Jubileo, Juan Carlos Muñoz, quien sostiene que el Estado no cuenta con políticas firmes para mejorar las condiciones que permitan incrementar la producción nacional de alimentos.
Para Alberto Bonadona, los $us 50 millones importados cada mes “tranquilamente se pueden volver en $us 100 millones y 150 millones” ya que en el país “no existe una política pública, un planteamiento serio y bien pensado” para revertir esta situación.
Por ejemplo, el ministro de Desarrollo Productivo y Economía Plural, Eugenio Rojas, admitió que el mercado nacional tiene un déficit de papa del 15%, algo que nunca se registró en el país, que es uno de los principales productores históricos del tubérculo, recordó el Director de Jubileo.
Roberto Laserna explicó a su vez que la mayor internación de alimentos se debe a que los productores de los países vecinos pueden al momento producir más y a menores precios.
“Este fenómeno está revelando un doble problema: el estancamiento de la producción de alimentos en Bolivia y la sobrevaluación de la moneda boliviana. Estos dos problemas, de largo y corto plazo, nos muestran las enormes dificultades que tiene la agricultura boliviana para competir”, sostuvo
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