“Un estornudo de Brasil puede resfríar a Bolivia”. Así, el presidente de la Cámara Nacional de Exportadores de Bolivia (Caneb), Wilfredo Rojo, resumió los riesgos para el comercio bilateral con el gigante sudamericano, tras conocerse el escándalo político de corrupción que salpica al presidente Michel Temer.
A corto plazo, Rojo espera que se dé una solución política para no empañar ni afectar las relaciones comerciales Bolivia-Brasil en el ámbito económico.
A decir de Rojo, en los últimos 11 años Brasil se ha constituido en el principal socio comercial de Bolivia. En 2016, contando volúmenes de envío de gas natural, minerales no metálicos y productos agrícolas el país exportó $us 1.363 millones. El 95% del total exportado es hidrocarburos.
Para el gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gary Rodríguez, lo político afecta a lo económico porque si la economía brasileña, a corto plazo, se resiente puede traer un impacto en las expectativas de los agentes económicos que invierten y desarrollan intercambio comercial. “Una salida de Temer puede generar inestabilidad y más recesión, lo que trascendería en una mayor avalancha de productos brasileños al mercado nacional y restaría reciprocidad comercial a la producción boliviana”, dijo Rodríguez.
Indicó que la inestabilidad política introduce muchos factores de incertidumbre y un tema no menor que puede tener un efecto es la futura negociación y condiciones de venta de gas al país vecino después del 2019.
A criterio del exsuperintendente de Hidrocarburos Hugo de la Fuente no hay riesgo ni está comprometida la relación comercial en el ámbito hidrocarburífero con Brasil porque hay un contrato vigente donde interviene la fe del Estado y, consecuentemente, no importa quién sea el gobernante, se tiene que hacer cumplir el acuerdo.
El agro, también preocupado
El aparato productivo de Santa Cruz pronostica una oleada mayor de productos brasileños, vía importación legal y el contrabando, al mercado nacional.
Desde la organización agropecuaria más importante del país-CAO- creen que cualquier efecto negativo que sacuda la economía brasileña arrastrará un mayor crecimiento de las importaciones legal e ilegal, en desmedro de la industria nacional.
Desplome de precios
En medio de la crisis política, el real brasileño se desplomó y cerró ayer con una caída de 7,55%, a 3,390 unidades por dólar, el peor valor de 2017.
En la misma jornada la Bolsa de San Pablo también sufrió un derrumbe de 8,8%. El parquet paulista llegó a los 61.597 puntos, luego de seis días consecutivos en alza y de rozar los 69.000 puntos el pasado martes.
Los precios de los granos también bajaron en la bolsa de Chicago por el fortalecimiento del dólar ante la moneda brasileña en medio de la crisis política en esa potencia agrícola. Brasil es uno de mayores productores de soya del mundo.
Políticos no prevén muchos cambios
“En realidad causan cierta susceptibilidad estos hechos políticos, pero yo no creo que vayan más allá de los temas que son obviamente de resolución interna, lo que tenemos que aprender a respetar. La fe del Estado la van a respetar ellos, los que se queden o los que se van”, aseguró el asambleísta del MAS y exviceministro, Gustavo Torrico, al agregar que causará algunos resquebrajamientos en el conjunto de los países de la región.
Por su parte, el ex embajador en Brasil Jerjes Justiniano dijo que esto se venía venir desde cuando Dilma Rousseff era presidenta. “Una crisis en Brasil obviamente que va a afectar al Cono Sur, igual a nosotros que le vendemos gas, pero que no tendrá efectos mayores en el país, como pueden pensar algunos tremendistas. No nos van a dejar de comprar gas”, agregó.
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