Bolivia incursiona en oferta de huevo en polvo y líquido

El país ingresó a la era de la industrialización del huevo de gallina, de la mano de la granja Modelo, pionera desde hace 52 años en la avicultura en Cochabamba y que llegó a Santa Cruz hace 25 años.
Ubicada en el Parque Industrial Latinoamericano, que colinda con Warnes, esta empresa decidió dar un salto a la industrialización con el huevo líquido para el mercado interno y en polvo para la exportación.

La industrialización del huevo de gallina en Santa Cruz, que para muchos es una novedad, es el resultado de una alianza comercial de la avícola Modelo con la empresa argentina Ovoprot, con la que formó el consorcio Ovoprot Bolivia.

Todo está listo para empezar el proceso industrial del huevo en este consorcio, luego de las primeras pruebas realizadas en los últimos dos años, constató EL DEBER en visita realizada a las instalaciones de la nueva empresa.

El gerente general del consorcio, César Cuadros, explicó que “en 10 días empieza el funcionamiento de la maquinaria en jornadas de turnos que atenderán la cadena productiva sin parar, durante 24 horas”.
La tecnología europea y argentina de esta industria boliviana tiene capacidad para procesar 400.000 huevos diarios. Empezará con 100.000.

Cuadros mostró los equipos que realizan el quebrado, la pasteurización y el envasado del huevo líquido, como también el empaquetado del huevo en polvo.

Utilidad
Según la explicación del empresario, en Santa Cruz se ha importado el huevo en polvo desde Argentina. Lo que se busca hoy es cortar la introducción del producto, producirlo aquí, atender la demanda del mercado interno y exportar hacia Chile y Paraguay, donde Ovoprot Bolivia ya tiene acuerdos con varias empresas.

Por la dificultad de transportar el huevo en su estado natural a largas distancias, el polvo es apto para la exportación, explicó el técnico argentino Julio Colman, que llegó a Santa Cruz para capacitar a un grupo de 15 funcionarios en el manejo de los equipos y preparación de los dos nuevos productos.

Libre de bacterias
La industrialización del huevo, que ya se realiza en Argentina, garantiza la sanidad bacteriológica y permite ofrecer un producto de calidad en la industria alimenticia, explica Colman.