El 2016 se registró el mayor número de cierre de empresas de los últimos seis años en Tarija, así lo muestra un informe de Fundempresa. Las de venta por mayor y menor, constructoras, de servicios profesionales,
manufactureros, de alojamientos y comidas, están entre las principales que tomaron esa decisión.
Según el reporte de esa institución, el 2011 cerraron 76 empresas; el 2012, 184; en el 2013, 129; el 2014 un total de 128; el 2015, 391 y el 2016, 463. Es así, que este último año se convirtió en el mayor cierre de empresas, duplicando el número de lo que se registraba anteriormente.
Entre las principales que tomaron esa decisión, están las empresas de venta de por mayor y menor, con 231 casos, 35 constructoras, 22 de actividad de alojamiento y comidas, 17 de la industria manufacturera, 33 de servicios profesionales y técnicos, 39 de información y comunicación, 30 de transporte y alojamiento, y así en menores cantidades en otros rubros.
En todo el país, el año 2011 se cancelaron 1.363 matrículas, 2.034 el año 2012, 1.913 el año 2013, 2.584 el año 2014, 5.347 el año 2015 y 7.181 el año 2016. También es el mayor número de cierre de empresas, no sólo de los últimos seis años, sino de los últimos 15 años.
Para el presidente de la Federación de Empresarios Privados de Tarija (FEPT), Álvaro Baldivieso, el escenario es agobiante al margen de los datos de Fundempresa. De la base empresarial que es 16.000, un 30 por ciento de ellas no actualizaron sus matrículas. Eso significa que éstas no están en funcionamiento o se fueron al sector informal de la economía.
Al margen de ello, el departamento puede entrar en recesión. Según los datos que manejan, Tarija es el departamento con más mora en banca privada. Las recaudaciones de impuestos disminuyeron, no se alcanzó los parámetros de años anteriores.
A todo eso se suma las condiciones para establecer nuevas empresas. Según Baldivieso, Bolivia tiene uno de los índices más bajos de rendimiento de Latinoamérica, pero la más alta de cargas sociales.
En los últimos diez años, las empresas reajustaron los sueldos de los trabajadores. El salario mínimo se incrementó en un 400 por ciento en los últimos diez años y el salario básico en 60 por ciento. Pero la productividad no aumentó.
“Lo peor de todo es que no hay una solución, todavía somos dependientes de la renta petrolera. La Gobernación todavía no puede subsanar sus deudas, y peor hacer inversiones-sostuvo-. Lo preocupante de Tarija es que tampoco hay una decisión política que viabilice una solución económica, porque no se ponen de acuerdo, todos están peleados”.
Para el ex presidente de la Cámara Departamental de la Construcción (Cadeco), Julio Alemán, los empresarios atraviesan la peor situación de los últimos diez años.
“Ahora que está vigente el tema de los 700 millones de bolivianos de préstamo, los recursos tienen que ser exclusivamente para cancelar las obligaciones pendientes y priorizar la continuidad de proyectos-comentó-. Otro monto similar para el próximo año y para el subsiguiente, así obtener unos 2.000 millones. Con eso se solucionaría los problemas de las obras en ejecución”.
Empresarios quieren pagar interés de los prestamos
El ex presidente de la Cámara Departamental de la Construcción (Cadeco), Julio Alemán, manifestó que hay empresarios que quieren financiar los proyectos que están con un avance importante de obra, que puede ser prioritario para la Gobernación.
En ese caso las constructoras se harían cargo del interés. Esa sería otra solución para que los proyectos se destraben y no generen ningún costo adicional al Estado.
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