El testimonio recogido por medios de comunicación de la dueña de la tienda Sandra Asbún revela que el negocio de tradición familiar sobrevivió a las dictaduras, crisis económicas, manifestaciones sociales, pero no pudo luchar contra el contrabando.
Los productos que ofreció a la clientela durante siete décadas de recorrido son de las marcas internacionales Oxford, Tramontina, Strella y otras provenientes de países como Japón, China, España e Inglaterra.
A las 19.00 se cerró la tienda y cientos de personas se quedaron con el gusto de comprar productos importados, como por ejemplo las bajillas, adornos y otros artefactos de marcas reconocidas.
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