En los últimos 25 años, Bolivia logró superar varias dificultades relacionadas con la recaudación de impuestos, cobertura de electricidad y exportaciones, pero aún no puede sobrellevar las deficiencias en la oferta agrícola, el trabajo infantil, las condiciones laborales de los trabajadores, la infraestructura caminera y el nivel de producción de gas, entre otros temas.
La investigación de la Fundación Inesad publicada en su libro “El ABC del desarrollo en Bolivia” analiza 30 temáticas económicas, sociales y medioambientales para evaluar el desarrollo del país en los últimos 25 años.
Según Boris Branisa, uno de los editores del libro, varios capítulos tocan temáticas relacionadas con los servicios sociales básicos como agua, saneamiento básico y luz eléctrica. “Lo que nosotros resaltamos es que los hogares que tienen carencias en los servicios sociales básicos están muy concentrados en lugares como El Alto, el municipio de Cochabamba y muchas zonas metropolitanas”, explica.
Entre los temas económicos que se abordan en la investigación resaltan las cifras bajas respecto a las reservas de gas, una de los principales pilares de la economía nacional. Según la investigación, las reservas probadas en Bolivia sólo alcanzan para 14 años más al nivel de producción actual, lo que es mucho menos que el promedio mundial de 54 años.
En tanto, respecto a vías carreteras, la densidad de la red caminera en Bolivia está muy por debajo del promedio mundial. El crecimiento de la densidad carretera en el país es del 3 por ciento anual, lo que no llega ni a la mitad del crecimiento promedio de América Latina y el Caribe, menos al promedio mundial. Sin embargo, en los últimos años se implementaron políticas de fortalecimiento vial que apuntan a aumentar las cifras actuales.
Por otra parte, el porcentaje cultivable del territorio en Bolivia está muy por debajo del promedio mundial y los rendimientos por hectárea también son mucho menores, aunque no existe escasez de tierra.
Respecto a las condiciones laborales, la investigación señala que la información de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) muestra que Bolivia presenta los mayores porcentajes de trabajadores con empleos vulnerables en todo el periodo de análisis (25 años), alcanzando a más de la mitad de la población ocupada.
Según Carlos Gustavo Machicado, director ejecutivo de la Fundación Inesad —que este año cumplió su décimo aniversario—, la publicación fue trabajada por más de 40 investigadores y tardó un año en ser editada. El objetivo es incidir en la sociedad y en las políticas implementadas por los diferentes niveles gubernamentales.
ENERGÍA ELÉCTRICA
Esta arista del desarrollo en Bolivia muestra que, en 1990, el acceso a energía eléctrica en el país era más bajo que los niveles promedio registrados en el mundo y en América Latina y el Caribe (ALC). Esa situación se mantuvo al menos hasta el año 2000.
Entre 2000 y 2010, Bolivia registró un incremento en el porcentaje de su población con acceso a energía eléctrica, pasando del 66 al 80 por ciento, mientras que el porcentaje en América Latina y el mundo sólo se incrementó en tres puntos porcentuales.
Para 2012, el 91 por ciento de la población en Bolivia tenía acceso a energía eléctrica, lo que ubicaba al país por encima del promedio mundial (85 por ciento) y a sólo cinco puntos porcentuales del promedio de la región (96 por ciento).
El incremento registrado en el mundo responde sobre todo al crecimiento económico de los países de Asia y en especial, Medio Oriente, que propiciaron la urbanización de sus poblaciones y con ello el suministro de energía eléctrica.
REMESAS
En Bolivia, se registró un "gran incremento" de las remesas en proporción al Producto Interno Bruto (PIB) para Bolivia entre 2002 y 2007, pasando de 1,4 por ciento del PIB a 7,9 por ciento del PIB. Sin embargo, los últimos datos reflejan que, en 2016, el flujo de remesas presenta una caída continua que hace que actualmente el porcentaje de este rubro se registre en 3,6 por ciento.
Por otra parte, desde 1996 el indicador para Bolivia estuvo por encima del indicador para América Latina y el Caribe y el mundo. El flujo de remesas para la región alcanzó su máximo nivel en 2004 (1,9 por ciento del PIB) y luego cayó paulatinamente.
Según la investigación, esa situación se debe al debilitamiento de las condiciones económicas en los países hacia donde migraron las personas, pero también es el reflejo de una mejor situación económica en los países receptores de remesas.
En el caso de Bolivia, la caída en las remesas se explica por el regreso de migrantes, como consecuencia de la mejora que experimentó la economía nacional.
EXPORTACIONES
Entre 1990 y 2003, las exportaciones a nivel regional, medidas como porcentaje del PIB, aumentaron hasta un nivel igual al 20 por ciento, mientras que las exportaciones de Bolivia recuperaron el mismo nivel alcanzado ya en 1990.
A partir de 2004, las exportaciones de América Latina en su conjunto se mantuvieron en ese nivel, y mostraron una caída a partir de 2007, llegando en 2015 al 15 por ciento del PIB.
Contrariamente, a partir de 2004 las exportaciones de Bolivia experimentaron un sustancial incremento, llegando a representar 41 por ciento del PIB en 2008. Este aumento se explica principalmente por el incremento de precios de las materias primas en los mercados internacionales. En 2008, se produjo una caída temporal en las exportaciones. Sin embargo, éstas se recuperaron a partir de 2009, hasta llegar nuevamente en 2012 a un valor igual al 40 por ciento del PIB. Sin embargo, en los últimos años se reflejó una caída sustancial de las exportaciones por el efecto precio de las materias primas a nivel internacional.
OFERTA AGRÍCOLA
En Bolivia, el área total de tierra asciende a 108 millones de hectáreas, de las cuales 35 por ciento corresponde a la actividad agropecuaria, el 51 por ciento a bosques y selvas vírgenes y 14 por ciento a otras tierras. Esas cifras resaltan el carácter eminentemente forestal del país y, por tanto, el potencial de expansión en la producción de alimentos.
En cuanto a la composición del área destinada a la actividad agropecuaria, sólo el 12 por ciento corresponde a tierras cultivables y el resto a cultivos permanentes, praderas y pastos permanentes, mostrando la posibilidad de expandir los cultivos agrícolas.
La FAO (2002) señala que América Latina y el Caribe y el África Subsahariana son las dos regiones que tienen las mayores reservas de tierra cultivable del mundo, entre 862 y 803 millones de hectáreas de tierra. La proporción de tierra cultivable de América Latina se incrementó del 6 por ciento en 1990 al 8 por ciento en 2013. Este aumento representó la expansión de la tierra cultivable en 42 millones de hectáreas.
TRABAJOS PRECARIOS
Según la investigación de Inesad, el crecimiento de la economía boliviana permitió mejorar las condiciones laborales de los trabajadores, pero no resolvió el problema en su totalidad.
"No obstante, el aumento no fue el esperado dado que los años de expansión se caracterizaron por una importante participación de la inversión pública, mientras que la privada no acompañó tal tendencia; reflejando problemas asociados a limitaciones del entorno para establecer negocios formales en el país", señala el documento.
La inflexibilidad laboral y la multiplicación de los costos del trabajo, las presiones adicionales de origen tributario (como las multas), la expansión de la competencia desleal y el contrabando, entre otros, son los principales problemas que vulneran el trabajo digno en Bolivia.
Según la información del Censo Nacional de Población y Vivienda 2012 de Bolivia, la participación de la población ocupada con empleos vulnerables es alta en los municipios y oscila entre el 22 y el 82 por ciento.
VÍAS CAMINERAS
En Bolivia, hay un crecimiento anual de la densidad de la red carretera del 3 por ciento porque la densidad vial aumentó de cuatro kilómetros por 100 kilómetros cuadrados en 1990, a ocho kilómetros en 2010.
Sin embargo, los valores son evidentemente menores en comparación al promedio mundial; es más, si se comparan a nivel regional, la densidad no llega ni a la mitad de la observada en América Latina y el Caribe.
Actualmente, el Gobierno impulsa varias vías caminera con fuertes montos de inversión pública, de acuerdo al Plan de Desarrollo Económico y Social 2016-2020. Según la investigación, eso permitirá "aumentar la densidad vial y, por tanto, la accesibilidad caminera" en los próximos cinco años.
La densidad vial a nivel mundial ha mantenido una lenta evolución entre 1990 y 2010. Según la investigación, hubo un incremento de 23 kilómetros de carreteras por 100 kilómetros cuadrados de superficie en 1990, a 28 kilómetros en 2010.
YACIMIENTOS DE PETRÓLEO Y GAS
A nivel mundial, las reservas y la producción de gas y petróleo han crecido proporcionalmente y el horizonte de producción se ha mantenido por encima de 50 años.
Según la investigación de Inesad, en el caso de Bolivia, la relación reservas-producción muestra su nivel más alto en 1999, año en que proyecta que las reservas durarían 230 años. Posteriormente, esta proyección bajó a 164 años en 2001, a 113 años en 2003, a 23 años en 2009 y a 14 años en 2014.
Si bien la producción de gas natural en Bolivia ha aumentado nueve veces en 15 años (de 2,3 billones de metros cúbicos al año en 1999 a 21,4 en 2014), principalmente por la venta de gas natural a Brasil desde 1999 y a Argentina desde 2006, "eso no justifica una disminución tan dramática de las reservas", afirma el documento. Las reservas probadas de gas natural en Bolivia cayeron de 29 Trillones de Pies Cubicos (TPC) en 2002 a 10 TPC en 2014.
A la fecha, aún no existe una certificación actual de las reservas de hidrocarburos en Bolivia.
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