La alta importación de colchones de Brasil, Chile, China y Paraguay quita el sueño a la industria nacional. El mercado boliviano de las almohadas, colchones, camas, sofá camas y sommiers atraviesa por su peor momento. La importación de estos productos desde cuatro países redujo las ventas de los fabricantes locales entre un 30 y 40%.
Las fábricas están en emergencia y advierten con despidos de centenares de trabajadores si es que el Gobierno no aplica medidas urgentes para proteger la industria nacional. Los argumentos para ser menos competitivos sobran: la diferencia cambiaria en otros países es notoria lo que hace que los productos importados sean más baratos. Además la flexibilidad para internar mercancías y la falta de control del contrabando impactan.
Lo cierto es que ahora la sensación de descansar y estar cómodo sobre un colchón parece interrumpir a los propios fabricantes locales, que ven en riesgo sus operaciones. Las cifras son corroboradas por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE).
Los volúmenes en aumento comenzaron en 2013, pero se dispararon en el primer semestre de este año. Las cifras son evidentes. De enero a junio de 2013 se importó de Paraguay por un valor de $us 14.979; en 2014 creció a $us 264.704; en 2015 ascendió a 390.051 y ahora se disparó a $us 1.070.451.
China es el otro país que no hace dormir bien a los fabricantes nacionales. Si en 2013 logró colocar un valor de $us 504.752, en 2015 pasó a vendernos $us 716.659 y actualmente, $us 932.296.
Brasil, que exportaba colchones a Bolivia por $us 1,1 millones en 2013, ahora colocó $us 1,9 millones hasta junio. En tanto, Chile, que nos vendió en 2015 $us 227.372, hasta junio de este año colocó $us 240.548.
Alerta empresarial
Los empresarios de la cadena de colchones temen lo peor. Algunos sostuvieron reuniones durante la semana en instalaciones del Parque Industrial.
Con rostros que denotan el bajón en las ventas al mercado nacional, los empresarios revelaron a EL DEBER que la actividad decreció hasta un 30%, ello sin contar el efecto que ocasiona el contrabando.
Representantes de las empresas como Maxi King, DormiCenter, Kerana, Samurai SRL, King y Anairam (La Paz) expresaron que la comercialización de sommiers, colchones, camas, sofá camas e incluso de las almohadas se fue casi a ‘pique’ debido al notable incremento de las importaciones.
“Vengo lidiando con esto hace cuatro meses y la verdad no veo que las ventas repunten. Lamentablemente me veo forzado a achicar personal.”, manifestó Livio César Zozzoli, gerente general de Maxi King.
La fábrica, con 120 operarios, ya hizo una reingeniería, pero no hay resultados, por ello analiza el cierre de algunas agencias en el país.
“Nos vamos a reunir con las fábricas para demostrar la realidad del sector al Gobierno. Una alternativa es bajar los aranceles para las materias primas que permitan ser competitivos y la otra, que actúe de manera similar como lo hizo con los fabricantes de muebles y zapatos”, agregó Zozzoli.
Toda la cadena, afectada
Dinko Fernández Kusevic, gerente general de la fábrica Kerana; David Moreno, gerente comercial de DormiCenter; Jorge Rodríguez, gerente propietario de Colchones King; Mariana Maidana, del grupo Anairam de La Paz, y Jasmín Moreno, gerente general de la empresa Samurai SRL, hicieron conocer la difícil situación del sector e indicaron que la alta importación ha ‘perforado’ la venta de colchones y afecta a toda la cadena industrial.
“El primer gran factor que influye es la diferencia del tipo cambiario. Tenemos medio centenar de trabajadores. Ya no podemos cubrir costos. Hacemos grandes inversiones y el Gobierno debe contribuir a garantizar el mercado”, dijo.
Por su lado, Moreno sugirió al Gobierno aprobar una norma que fije cupos a la importación de colchones, caso contrario tienden a desaparecer.
Se envió un cuestionario al Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural, pero no se obtuvo respuesta
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