"Tenemos alrededor de 250 personas en la medida entre trabajadores afiliados y no afiliados más el personal farmacéutico, todo a raíz de la incapacidad que han demostrado tres supervisores de producción de la empresa”, afirmó Apaza a Página Siete Digital.
Los trabajadores acusan a Daniel Aníbarro (gerente de producción), Ronald Paravicini (gerente de recursos humanos) y Raúl Aguirre (asistente de producción) de ser los principales responsables de la "prepotencia patronal” y del desconocimiento de los derechos laborales.
El dirigente afirmó que, de ser necesario, los trabajadores están dispuestos a parar la producción en los laboratorios por uno o dos meses para proteger el patrimonio y la estabilidad de la empresa Vita. También volvieron a convocar a la familia Kieffer, accionistas de la fábrica, a resolver el conflicto en una mesa de diálogo.
Los dirigentes sindicales de Vita, manifestó Apaza, presentaron en esta gestión su pliego petitorio en el que declaran el conflicto colectivo entre la empresa y los trabajadores. "Lastimosamente la empresa ha procedido a despedir a cuatro trabajadores”, entre los que se encuentra una madre con hijo lactante, acotó.
En El Alto, obreros de la planta de Vita detuvieron toda la producción y venta en la factoría desde que inició la huelga el 19 de julio. "Después veremos la participación de nuestras familias y del sector fabril para que podamos ser escuchados”, finalizó Apaza.
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