Son varios los factores que han incidido en esta situación, uno de ellos el incremento de la Productividad Total de los (TPF) y otro, el ambiente favorable de estabilidad económica - política y social.
Según el orden de incidencia, en promedio la productividad explicaría en más de 2 puntos porcentuales el crecimiento de la industria boliviana (5.2%), seguido del factor capital y el empleo.
La división del trabajo explica los aumentos en la productividad y se constituye en un factor crucial que incide en el comportamiento del mayor o menor crecimiento económico.
Algunos factores que determinan el crecimiento industrial en Bolivia se justifican teóricamente cuando se analiza por ejemplo a N. Kaldor, quien estableció con claridad a través de tres leyes la importancia que tiene la industria manufacturera para el progreso económico:
1era. ley: El crecimiento del producto total se encuentra determinado por el crecimiento de las manufacturas; las actividades en las cuales se especializa un país o región son determinantes de la producción global, debido a los encadenamientos que genera y por ser el núcleo o procesador central de una economía.
2da. ley: Existe crecimiento de la productividad laboral industrial que conduce a un rápido crecimiento del producto industrial manufacturero por los rendimientos crecientes a escala, así la productividad y el progreso técnico son endógenos. La productividad no causa en primera instancia una mayor producción, más bien una mayor demanda por producto y una mayor producción para satisfacerla terminan incrementando a la larga la productividad y, por ende, la competitividad.
3ra. ley: El crecimiento de la productividad agregada está correlacionado con el crecimiento del producto manufacturero de forma positiva y relacionado con el crecimiento del empleo no manufacturero de forma negativa.
A decir de A. Gutiérrez (2014), “con un excedente laboral en la agricultura y el sector servicios, un rápido crecimiento de las manufacturas aumentará el crecimiento de la productividad en este sector por los incrementos de las transferencias sectoriales de trabajo desde el resto de la economía a las manufacturas (como consecuencia del subempleo o desempleo disfrazado).
Como el trabajo se mueve de la agricultura, donde la productividad marginal de trabajo es reducida, hacia las manufacturas donde ésta es alta, la productividad termina por incrementarse. De aquí se tiene que una rápida tasa de declive del empleo no manufacturero incrementará el crecimiento de la productividad no manufacturera”.
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