Las empresas bolivianas son un 5 % más que hace un año, según datos oficiales, pero el 80 % de ellas son unipersonales y los empresarios, que en el país no tienen voz ni voto en la negociación colectiva, denuncian costes salariales excesivos que han obligado al cierre de pequeñas empresas.
En Bolivia hay 276.926 empresas registradas, un 5 % más que hace un año, cuando el total de las compañías regularizadas ascendía a 263.298, según un informe de la entidad oficial Fundempresa, que gestiona el Registro de Comercio.
Sin embargo, el número de sociedades creadas el año pasado (19.823) fue el más bajo desde 2011. En 2013 abrieron 65.022 empresas y en 2014, 42.768.
Por contra, 5.347 empresas se dieron de baja durante 2015, lo que representa un incremento notable respecto a 2014 (2.584), 2013 (1.913) o 2012 (2.034).
El 81 % de las empresas bolivianas son unipersonales y el 38,1 % de todas las compañías del país se dedican al comercio.
Para el presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB), Ronald Nostas, la alta cantidad de sociedades unipersonales distorsiona los datos y en realidad las empresas con empleados "están decreciendo".
Nostas dijo a Efe que las dificultades del sector privado se deben a "una sobrerregulación del sector laboral" y las primeras damnificadas son las empresas familiares "que tienen entre uno y cinco empleados".
También señaló que la" sobrerregulación" está haciendo crecer la informalidad -se estima que entre el 60 y el 70 % de los trabajadores bolivianos desempeñan su función en el sector informal-, ya que algunas empresas se dan de baja y siguen operando "sin ningún tipo de control".
La economía informal acapara un elevado porcentaje del mercado boliviano y se compone sobre todo de comerciantes que no pagan ningún tipo de impuesto ni aplican los beneficios salariales decretados por el Gobierno de Evo Morales.
El sector empresarial del país ha manifestado quejas respecto a la política salarial del Ejecutivo, que en 2013 decretó el pago de dos aguinaldos cada mes de diciembre cuando el crecimiento del país supere el 4,5 %, lo que en la práctica supone que cada trabajador cobre tres salarios de golpe.
La medida, denominada "Esfuerzo por Bolivia", fue anunciada por Morales justo un año antes de las elecciones presidenciales de octubre del 2014 frente a las críticas de la oposición, que calificó la iniciativa de electoralista, y del empresariado, que no fue consultado.
Durante los tres últimos ejercicios se dieron las condiciones para el pago del doble aguinaldo y el presidente Evo Morales ha vaticinado este mes que también se logrará en 2016.
La patronal argumenta que el crecimiento del PIB no se refleja en todos los sectores, y reclama que la segunda paga extra navideña se vincule al crecimiento de cada sector y región, en lugar de imponerse de manera generalizada.
Al aplicarse sin distinción, se da la paradoja de que sectores como el maderero o el textil, que el año pasado disminuyeron, tienen que aumentar los salarios debido al crecimiento general del país, señaló Nostas.
Cuando Evo Morales llegó al Gobierno en 2006, el salario mínimo boliviano era de 62 dólares y ahora alcanza los 261.
Además, el primero de mayo Morales anunció una subida del 6 % en los salarios del sector privado y los sectores más importantes del empleo público, un aumento que duplica la inflación registrada el año pasado en el país.
En Bolivia la negociación salarial se lleva a cabo entre el Gobierno y la Central Obrera Boliviana, pero excluye a los empresarios.
Los incrementos salariales decretados en los últimos años han superado en todos los casos el IPC del ejercicio previo, y en algunos casos llegaron al 10 %.
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