Los vinos de altura y el aguardiente de uvas singani son, desde ayer, Patrimonio Nacional de Bolivia, en virtud de una ley que también declara Día Nacional de la Uva el último viernes de cada febrero, en coincidencia con el tiempo de la vendimia.
La norma fue promulgada ayer por el presidente Evo Morales, quien firmó la ley en Tarija, capital de la región donde se producen los vinos y singanis de vides sembradas en una superficie total de 3.500 hectáreas.
Tarija concentra más del 50 por ciento de los cultivos vinícolas del país, con la particularidad de que las cepas se encuentran a una altitud de 1.800 a 2.300 metros sobre el nivel del mar, lo que ha valido a los caldos bolivianos la denominación de "vinos de altura".
IMPULSO. Morales propuso, en su discurso, modificar los impuestos que gravan la venta de vino en el país, porque actualmente los importados pagan menos que los nacionales. "No es posible que los impuestos sean más baratos para productos extranjeros y más caros para los productos nacionales", dijo.
El presidente de la Asociación Nacional de Industriales Vitivinícolas, Franz Molina, destacó la aprobación de la ley, porque desde la década de los 70 el sector trabajó por cuenta propia en el desarrollo de la cadena vitivinícola, sin apoyo estatal.
Según Molina, los pequeños empresarios bolivianos del vino compiten actualmente con "monstruos vitivinícolas, como son Chile, Argentina y ahora Brasil". Subrayó que todo el sector productor vitivinícola boliviano trabaja en un área de 3.500 hectáreas de uva, cuando en países vecinos una sola empresa tiene hasta 5.000 hectáreas.
PÉRDIDAS MILLONARIAS POR EL CONTRABANDO. En ocasión de la promulgación de la ley, uno de los dirigentes empresariales, Rolando Altamirano, se quejó de que en la cadena productiva, el sector pierde cada año unos 70 millones de dólares debido al contrabando, de los cuales, unos 20 millones corresponden sólo a los productores de uva.
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