Esta es una de las proyecciones que el Viceministerio de Medicina Tradicional se planteó lograr esta gestión, en cumplimiento con la Ley 459 (Ley de Medicina Tradicional Ancestral Boliviana y su Reglamento).
“Por lo menos de tres a cinco de nuestros medicamentos tienen que estar disponibles en las farmacias institucionales de las prestaciones de salud”, anunció a Cambio el viceministro del área, Alberto Camaqui.
El experto explicó que dichos medicamentos, necesariamente deben estar elaborados de plantas medicinales de uso tradicional y contar con un registro sanitario. “El objetivo es que el médico tradicional o el médico académico pueda recetar por iniciativa propia o a solicitud del paciente, productos naturales”, agregó la autoridad.
Remedios indispensables
El entrevistado explicó que lo primordial es que la población cuente con jarabes de plantas mdicinales que muchas veces son utilizados para resfríos y molestias similares, del mismo modo, el paciente debe acceder a las pomadas que se emplean para aliviar complicaciones reumáticas y finalmente las vitaminas y los suplementos elaborados con la quinua, el amaranto, la maca u otras semillas, también deben incluirse en las farmacias.
Son precisamente estos tres productos los que tienen mayor demanda, según señalan algunas proveedoras naturistas y chifleras (expertas en hierbas medicinales). Sin embargo, están a disposición de la población inclusive remedios que influyen hasta en el libido sexual.
Uno de estos extraños productos es un jarabe fabricado con isaño, según cuentan las chifleras las mujeres de los ancestros, les daban de comer este producto a sus esposos cuando éstos debían realizar un viaje largo. “El isaño lograba que el hombre disminuya su apetito sexual, ellas confiaban en que ello evitaría la infidelidad. Pero, al regreso de sus hombres se hacía uso de alimentos con maca para incrementar su actividad sexual”, explicó Rosa Tintaya, vendedora de hierbas.
Productos como éstos, están disponibles en la actualidad gracias a la herencia cultural que dejaron los antepasados, es por ello que desde el Estado se impulsa la recuperación y la revalorización de los conocimientos ancestrales.
“Si sólo tres productos de la medicina tradicional ancestral ingresan a las farmacias de las prestaciones se considerará una apertura para articular este conocimiento con la medicina académica”, consideró Camaqui.
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