Dante Salvietti llegó a Bolivia en 1918 en busca de nuevas oportunidades y su buen olfato lo llevó hasta los Yungas paceños. Haciendo de científico e inventor, combinó las esencias de las frutas locales con agua natural y otros ingredientes secretos...
Con 95 años de vida a nivel nacional y 38 en Sucre, el paso del tiempo no ha podido contra el sabor único de las gaseosas Salvietti. La fidelidad de los consumidores bien podría deberse a una fórmula secreta.
En la capital, Salvietti del Sur Ltda. está a cargo del gerente de operaciones Gabriele Salvietti y del administrador Juan Luis Pacheco. La empresa, que produce en Sucre desde 1977, fue administrada primero por Anselmo y después, hasta hace poco, por Armando Salvietti; el primero fue abuelo y el segundo es el padre de Gabriele.
Actualmente cuentan con una gama de sabores como la Papaya, Kinotto Cola, Naranja, Lima Limón, Pomelo, Frutilla, Piña, Ginger-ale Ross (producto especial fabricado desde hace dos años para mezclar con bebidas alcohólicas), además del agua purificada Viva, con gas y sin gas, embotellada en diferentes tamaños desde hace 10 años.
También elaboran jugos de fruta en bolsa, sabor a manzana y durazno.
“En Sucre la producción diaria de gaseosas y agua se acerca a las 20.000 botellas, generalizándolas en capacidad de dos litros porque hay una variedad de tamaños. Utilizamos la misma maquinaria para el embotellamiento de los dos productos; aunque se produzca medio litro, la velocidad es la misma”, explica Gabriele a CAPITALES.
Tienen en planillas a 50 obreros y 25 choferes que trabajan por su cuenta, por comisión de ventas. Hoy en día Salvietti tiene empresas en Santa Cruz, Potosí, La Paz, Cochabamba y Sucre.
Según Gabriele Salvietti, la empresa se mantiene tecnológicamente actualizada en cuanto a procesos de producción y embotellamiento, y sus productos cumplen con todas las normas de saneamiento y control de calidad.
Historia y leyenda
Un visionario italiano, Dante Salvietti, bisabuelo de Gabriele, arribó a Bolivia en 1918 en busca de nuevas oportunidades y su buen olfato lo llevó hasta los Yungas paceños, donde saboreó por primera vez la papaya. Haciendo de científico e inventor, combinó las esencias de las frutas locales con agua natural y otros ingredientes secretos que dieron vida a la Papaya Salvietti.
La fábrica de Salvietti en Sucre
- En Sucre la fábrica cuenta con máquina sopladora, de tratamiento de aguas, lavadora de botellas de vidrio, ablandadoras, etiquetadora y llenadora.
- Tiene en planillas a 50 empleados y 25 choferes que trabajan por su cuenta, por comisión de ventas.
- Proyectan ofrecer más variedad en cuanto al tamaño de sus productos.
En 1920, el novel empresario logró introducir por primera vez en el mercado boliviano el producto denominado “Champan Cola”. Tenía un envase de vidrio fabricado en Inglaterra, considerado el último adelanto en la línea de las gaseosas. Pero su diseño fue cambiado varias veces.
Finalmente, el 24 de julio de aquel lejano año salió a la venta con el nombre de Papaya Salvietti. Era una botella de vidrio grueso, color verde, cuya etiqueta tenía el dibujo de un duende barbado, con sombrero puntiagudo, traje de gnomo y rostro amistoso, que ordeñaba a una enorme papaya como si fuera una vaca lechera; esta característica distinguió durante muchos años a la empresa embotelladora de mayor renombre en el país.
El origen del duende de Salvietti se convirtió en leyenda. Se dice que ese duende se le presentó a Dante cuando paseaba por el bosquecillo de Pura Pura (La Paz) y que le dijo que vendería más si colocaba su imagen en el envase. “Desde entonces y hasta la fecha se impone el sabor que no cambia, manteniendo la tradición. Salvietti se constituye en una de las empresas más importantes de Chuquisaca y de Bolivia, fue galardonada con varios premios”, recuerda Gabriele.
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