Ventas se incrementaron los últimos años. De acuerdo a los datos del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), la exportación de desperdicios de acero y aluminio en 2010 fue de $us 10 millones, monto que se elevó a $us 16,2 millones la pasada gestión, es decir que hubo un incremento del 62% en su valor en ese período. Mientras que en el volumen las ventas crecieron de 40.100 toneladas en 2010 hasta las 53.300 toneladas en 2014, lo que significa un crecimiento del 33% en dicho lapso.
Asimismo, los tres principales países destino para las exportaciones de estos productos en 2014 fueron: Perú con una participación de 57% sobre el total del valor exportado, seguido de Brasil con un 16% y Estados Unidos con un 7%.
"Efectivamente hace falta emprendimientos que se dediquen al procesamiento de estos desperdicios, ya que se cuenta con bastante materia prima para abastecer la industria generando valor agregado y fuentes de empleos, dando cuenta que un país se fortalece cuando sus exportaciones son de productos con valor agregado", comentó Jimena León Céspedes, jefe de estadísticas del IBCE.
Hasta abril de este año la exportación de chatarra alcanza la suma de $us 4 millones (un 34% de lo registrado en todo el 2014), por la compra de 12.700 toneladas.
En este marco, las importaciones bolivianas de desperdicios de aluminio y acero son ínfimas comparadas a las exportaciones que se realiza de estos productos, en 2013 casi se llegó al millón de dólares en importaciones de acero, sin embargo en 2014 las importaciones apenas llegaron a $us 7.000, "por la falta de tecnología y la poca inversión que se da a estos desechos, Bolivia se convirtió en un proveedor de estas materias primas", explica León.
Urge industrializar el producto. Por su parte, el economista Germán Molina señaló que es importante la construcción de fundidoras de acero, ya sea en la ciudad de El Alto o en Santa Cruz, para proveer de hierro al sector de la construcción, además de repuestos automotrices para la gran cantidad de vehículos que existe en el país.
"Hay un negocio importante en la importación de chatarra en algunos países vecinos, para luego darle un valor agregado y colocarlo en la región. En nuestro país no hay posibilidad de industrializarlo, hay pequeños artesanos en El Alto que trabajan con chatarra pero es ínfimo, entonces es muy importante que se pueda utilizar todo ese producto para fabricar fierros para el sector de la construcción, que demanda entre $us 50 y 100 millones cada año por estos productos, además del sector automotriz que demanda una gran cantidad de repuestos", explicó Molina a tiempo de añadir que existen intentos gubernamentales de crear las fundidoras de acero, pero que a la fecha no se han llegado a concretar.
Sobreoferta hace bajar precio en el mercado local. Una de las grandes urbes donde se produce bastante acero y demás desperdicios es la ciudad de El Alto, es así que Róger Pinto, recolector independiente de acero y metal, señala que actualmente existe una gran oferta de acero en mercado interno y además de una fuerte competencia, provocando que su precio baje de Bs 1 el kilográmo a 60 centavos. También comentó que su microempresa se dedica a vender el producto a los grandes mayoristas, que a su vez comercializan la chatarra a Perú y otro pequeño porcentaje a Santa Cruz.
"Cada mes es diferente a otro, pero en junio pude vender alrededor de cinco toneladas. Existe bastante competencia, muchas familias se dedican a esta actividad en El Alto y hay mucha chatarra, por eso está bajando el precio, está grave la situación. Uno puede vender más dependiendo de la inversión que se haga en el negocio, porque se debe tener transporte, trabajadores y un almacen donde guardar los productos, por lo menos con un capital de $us 30.000 ya se puede tener un buen ingreso cada mes", aclaró Pinto.
De igual manera, Freddy Nicasio, de la ciudad de Cochabamba, afirma que la gran oferta hizo que el producto descienda en su precio casi un 50% desde principios de este año y no saben si el precio volverá a reestablecerse en el transcurso de la gestión.
En tanto, Bordeni Calle, recolector de chatarra en la ciudad de Santa Cruz, agrega que los 1.000 kilos de este elemento lo comercializan a Bs 100 a los grandes mayoristas, quienes son los encargados de sacarlo fuera del país. También señala que el mes pasado recolectó casi cinco toneladas.
Los tres recolectores coincidieron que el negocio está saturado debido a la gran cantidad que existe en el país, por lo que consideran que si existiera una fundidora de chatarra, el sector se podría reactivar, ya que no solo se sacaría los desperdicios fuera del país, sino que se le daría otro uso.
Construirán una fundidora en El Alto. A inicio de octubre de 2014, el Gobierno firmó el Decreto Supremo 2132 para la construcción de una Fundidora de Chatarra en el parque industrial de la ciudad de El Alto, siendo la inversión de $us 34 millones, que saldrían del Fondo para la Revolución Industrial Productiva (Finpro). De acuerdo al Gobierno, por día sale hacia Perú y Brasil alrededor de 138 toneladas de chatarra, por lo que el objetivo de esta fundidora es utilizar los desperdicios para convertirlo en repuestos, piezas y partes de maquinarias para la producción nacional.
Motacucito-Mutún-Puerto Busch
Bs 506 millones para vía férrea
El Ministero de Obras Públicas destinó este año Bs 506,2 millones para la construcción de la vía férrrea Motacucito-Mutún-Puerto Busch, además de Bs 13,7 millones para la terminal de carga Puerto Busch, esto con el objetivo de hacer realidad a futuro la extracción a gran escala del hierro asentado en el Mutún, en el este del departamento de Santa Cruz.
Asimismo, aún se espera que las empresas extranjeras presenten sus proyectos siderúrgicos para el Mutún.
Recordemos que el cerro del Mutún contiene el yacimiento más grande de hierro del mundo, entre los 40.205 y 42.000 millones de toneladas en forma de hematita principalmente, magnetita y, en menor cantidad, siderita y mineral de manganeso. Tiene un superficie de 75 kilómetros y está asentado en la provincia Germán Busch.
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